P. Castillo

Safe Creative #1802170294390

lunes, 16 de marzo de 2020


Adviento en la montaña (1936). Gunnar Gunnarsson (Islandia, 1889-1975).

Ediciones Encuentro, 2015. Cubierta diseñada por Chiara Ceresa. Prólogo de Jón Kalman. Traducción de Teodoro Manrique Antón. Ilustraciones de Gunnar Gunnarsson junior.


A principios de invierno por Guadarrama, foto de Paco Castillo.


Una modesta iglesia y unas pocas presencias unidas en el mismo propósito, crear una sola y bellísima voz.




Islandia es un país de belleza sobrecogedora, incluso el himno nacional es paradigma de este esplendor, más allá de connotaciones patrióticas y esas cosas.

Quiero abrir con él, y que lo vayáis escuchando desde luego, pues refleja la idiosincrasia de la novela que os traigo, “Adviento en la montaña”, del islandés Gunnar Gunnarsson. 

La sencilla puesta en escena de este coro islandés es el espíritu del que se sirve G. Gunnarsson para contarnos la historia de Benedikt, junto a su perro, Léon, y su carnero, Recio.

Nada más acabar esta pequeña -gran- novela, me vino a la cabeza otra igualmente breve y con análogo estilo intimista, brillante por lo demás; “Escalada”, de Ludwig Hohl (podéis encontrarlo en el lateral), y me dije: ya tengo prácticamente toda la entrada hecha.





Paseando hace un par de semanas… nada hacía sospechar que estaba a punto de quedarme sin mis caminatas. Fotos, Paco Castillo.

En efecto, casi todo de ésta vale para “Adviento en la montaña”; solo hay que sustituir unos nombres por aquí y por allá, cambiar unas cosillas respecto a los escritores, Ludwig Hohl por un lado y Gunnar Gunnarsson por otro, y… habemus publicación.


Tenemos el mismo planteamiento en ambos escritores, construir la historia con los mínimos elementos para desarrollar la novela.

Benedikt, un aguerrido pastor islandés residente en el remoto noroeste de su país, en compañía de su perro León y su carnero Recio, la única familia que tiene, sale en un viaje épico hacia la búsqueda de varias ovejas perdidas en un inhóspito paraje montañoso, un sitio lejano de su poblado y de difícil acceso, y además lo hará en Adviento, avanzado diciembre, en lo más crudo y peligroso del invierno islandés.


                A principios de invierno por Guadarrama, foto de Paco Castillo.


G. Gunnarsson echa mano de un narrador omnisciente que sirve para la vertiente más filosófica de la obra, una vertiente que por lógica ha de surgir cuando el hombre se enfrenta solo con sus fuerzas al poder colosal de la Naturaleza, pues de ahí emana todo un aprendizaje sobre los límites que nos desafían.

Un narrador omnisciente que también se intercala con la voz en primera persona de Benedikt, el solitario protagonista, y sus escasos interlocutores, dos o tres vecinos en cuyas casas se refugiará, camino de su gesta.

Pero estas rudas gentes son parcas en palabras, la naturaleza islandesa y el aislamiento de su tierra les confiere dicho carácter.


Benedikt no es un entusiasta de la conversación. Pero no es huraño, al contrario, en el escaso trato que tiene con sus semejantes es correcto y afable. Sin embargo, los mimos y los cariños los guarda para León y Recio, y éstos le corresponden en la misma medida.


- Parón de las 20:00 pm, acabo de asomarme al balcón para aplaudir. -


Ni siquiera son suyas las ovejas extraviadas, sino de otros vecinos del pueblo. Simplemente considera que ha de ser él quien emprenda el trance… porque el resto sería incapaz de afrontarlo con garantías de volver, y sus vecinos saben que es así. Nadie como Benedikt para adentrarse en ese mortífero escenario, cuando reina la cara más despiadada del invierno islandés.

            A principios de invierno por Guadarrama, foto de Paco Castillo.


Benedikt sabe que si falla en la empresa, cosa posible, y sus restos se ocultan para la eternidad entre las nieves, no dejará a ninguna esposa e hijos desvalidos. Contará con la inestimable ayuda de León y Recio.


Vive solo, excepto con sus dos amigos, así los considera él; su perro, León, y Recio, su carnero. No espera ni desea a nadie más.

En realidad, Benedikt emprende esa larga travesía a las montañas invernales cada año, siempre en el Adviento.
Así lo lleva haciendo durante los últimos 27 años, y lo que al principio era una osada excursión para embriagarse de adrenalina vital, cuando sus músculos estaban en la plenitud, la costumbre hizo que se convirtiese en una liturgia ineludible, esas que todos nosotros vamos sosteniendo a lo largo de nuestra existencia, ya sean desmesuradas como esta, o nimias, como saborear el café de sobremesa. 

Foto, Paco Castillo.


Pero nunca lo había hecho con unas condiciones meteorológicas tan adversas, y eso, aparte de rescatar a las ovejas, complica bastante las cosas en una incursión de por sí peliaguda… ciertamente, la tormenta que han vaticinado por las inmediaciones es de las que quitan el hipo.

Gunnar Gunnarsson es un clásico de la literatura islandesa, de obligada lectura en los programas escolares, incluida la universidad, del país.


No le falta razón al escritor Jón Kalman Stefánsson en su profuso prólogo, cuando señala la larga sombra de Halldór Laxness, el Nobel islandés (también por mi lateral), sobre el resto de autores patrios.

“Un premio Nobel puede resultar excesivamente grande para una nación tan pequeña. Nuestra gran y única cumbre, así nos referimos a Halldór Laxness, como si en la inmensidad de Islandia no hubiera otra (cumbre), (…).

Sin embargo, los entendidos saben que lo mejor de la obra de Gunnar Gunnarsson (…) nada tiene que envidiarle a lo mejor de Halldór Laxness; (…)”

            A principios de invierno por Guadarrama, foto de Paco Castillo.



Ahora que he leído a los dos, estoy absolutamente de acuerdo con la apreciación J. Kalman.

Y confirma J. Kalman una idea sobre la literatura que siempre he sostenido:

“(…) raramente la trama de un libro se considera su parte más importante, lo más importante es cómo está escrito. Una verdad de lo más simple que, sin embargo, a menudo suele olvidarse.”

No me resisto a dejaros este fragmento de la novela, cuando Benedikt, inmerso en la tormenta, está con las fuerzas justas, pasándolo muy mal, y que, viendo el apocalíptico panorama por aquí y el resto del mundo, parece una crónica de estos momentos que todos vivimos, arengándonos a no venirnos abajo:

“Tan hostil y retorcida puede llegar a ser la tierra con el caminante, que no duda en cerrarle todas sus puertas y a éste no le queda más remedio que pararse y buscar la entrada. Pero eso era lo que Benedikt mejor sabía hacer. Precisamente es una de las obligaciones del hombre, quizás la única, buscar la fortuna en la adversidad, perseverar, enfrentarse incluso a la muerte si fuera necesario, abrirse camino y llegar hasta su corazón. Esa es la obligación del hombre. Y si los pies se niegan a seguir caminando, entonces debemos renunciar a usarlos, lo que no significa que uno se rinda. “


           A principios de invierno por Guadarrama, foto de Paco Castillo... 
                                               volveré por aquí.

16 comentarios:

  1. He de confesar que no he leído nada de este señor.
    Me has abierto el apetito.
    Gracias.
    Cuidate ¡
    Salut ¡

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre es grato dar a conocer un escritor, y este es bueno ;)
      Gracias a ti, Miquel.
      A cuidarse.
      Salut!

      Eliminar
  2. ¡Hola Paco! Pues fíjate que otras novelas que reseñas no me atraen demasiado (me encanta leer tu reseña, conocer tu opinión, pero no son de mi estilo, ya lo sabes), pero a esta no me importaría echarle un vistazo. El tema de un hombre acompañado de su perro (y su carnero en este caso) abriéndose camino en la montaña, viéndose obligado a vivir en ella con un tiempo "de perros" pues me resulta atractivo y además según cuentas está bien escrito.
    Tus fotos en Guadarrama geniales, y lo que tú dices... ¿quién te iba decir a ti y a todos en esos momentos que íbamos a vernos en estas circunstancias de confinamiento obligado?
    Son tiempos duros, pero como se suele decir "al mal tiempo, buena cara", deberíamos intentar verle el lado positivo, que haberlo haylo. Yo voy a aprovechar para leer mucho, pasearme por los blogs con todo el tiempo del mundo (algo que siempre estamos echando de menos, tiempo para nuestras cosas, para nuestros hobbies, hay que aprovecharlo al máximo). Porque afortunadamente todo esto pasará, todo volverá a la normalidad, seguro...
    ¡¡Un besote!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Marian, en principio es una novela en donde la tensión narrativa, tan presente en las novelas que más te suelen gustar, no está muy presente, excepto en algunos fragmentos cuando las pasa canutas, pero incluso ahí, Gunnarsson imprime una cadencia que no es para acelerar el pulso, pues tampoco lo pretende, deja respirar al lector para que éste vaya asumiendo el pulso entre el hombre y la Naturaleza de un modo filosófico, podríamos decir.

      Benedikt, León y Recio forman una familia de lo mas peculiar, la camadería entre ellos es una delicia, y motivo de reflexión para el lector.

      Ayy, esas fotos de Guadarrama, bueno, ahora toca lo que toca, la salud de uno y los demás es lo importante, así podremos regresar a los paisajes cuando acabe la pesadilla... a veces parece que todo fuera una pesadilla, o película de ciencia ficción, pero no, es muy real, un acontecimiento histórico, a escala mundial, que supondrá un antes y un después.

      Pues sí, aprovechemos todo lo positivo (que lo hay) que podamos extraer de esto. Llevo cuatro días que solo me informo una vez, el resto del día procuro despejarme, por salud mental, esto será largo y hace falta mantener la cabeza en su sitio.
      Volveremos a los caminos, sin duda.
      Besos!!

      Eliminar
  3. Para mi viaje a Islandia con mi hija pequeña me estuve documentado y leí un par de libros sobre la isla, libros que junto a otras fuentes me llevaron a la convicción de que este país tiene una gran dimensión por pocos que sean sus habitantes (Igual que la ciudad de Hospitalet en Barcelona). La historia de Islandia es la de un país pobre y devastado por la adversidad. No tiene nada que ver la Islandia actual con la que novelan Gunnar Gunnarson y Halldór Laxness. Era un país en el que la vida era muy precaria y apenas tenía más fuente de riqueza que la pesca y poco más. Esta es la época heroica en que se ambienta la novela de Gunnar Gunnarson. Se independizó de Dinamarca pero fue ocupada por Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, así que tendrían que llegar los años cincuenta para que este pobre país accediera plenamente a su autonomía. El carácter de los islandeses se ha forjado en la adversidad como el del protagonista de este relato. Paradojas de la historia han hecho que Islandia se convirtiera en uno de los países más admirados y audaces de Europa. Allí solo, sin enemigos ni conflictos con nadie, supieron hacerse y alcanzar un nivel de vida privilegiado y ser considerado como uno de los países del mundo más felices. Los islandeses se pasan largas temporadas lejos de su país. La fuerza de su moneda y su riqueza les permiten eso y más. El salario medio en Islandia actualmente es de más de 5000€, te puedes imaginar lo que valen las cosas. Un café, el equivalente a 5€, una cerveza, de 9 a 13€ en un bar. No hay verduras frescas apenas y todo carísimo. Sin embargo, los islandeses vuelven siempre a su bellísimo país que se ha convertido en un destino de moda. Su forma de enfrentar la crisis financiera de 2008 sorprendió al mundo pues encarcelaron a los banqueros implicados en el desastre -y se negaron a pagar la deuda a los deudores-, y a partir de entonces las mujeres se hicieron cargo de la política del país en gobiernos en que son mayoría destacada. Desafortunadamente mi nivel de inglés es pobre y no pude conversar demasiado con ellos. Los turistas somos una fuente de divisas pero no somos especialmente apreciados. Hay que llegar con algún otro tipo de conexión para entrar en la sociedad islandesa, y yo estuve una semana y no tuve mucha suerte porque el tiempo a finales de enero fue muy malo y se suspendieron varias excursiones y no hubo, como dije, auroras boreales. Así que tengo la espinita de Islandia que me hubiera gustado conocer en otras condiciones. Un libro muy interesante el que nos has traído, es la Islandia historia, la que forjó el carácter islandés. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, conozco ese pasado paupérrimo de Islandia, como lo tuvieron los restantes países nórdicos, desde muy joven he sido un gran lector, incluso a veces obsesivo, de todo lo concerniente a las naciones nórdicas, desde su historia hasta la literatura, así que tengo mi biblioteca bien nutrida de toda su historia y cultura, creo que la literatura nórdica en mis estanterías es, al margen de la nacional, la más numerosa. En entradas populares de mi blog tienes dos enlaces; "Bajo la Estrella Polar" y ahí doy cuenta de esta pasión escandinava con profusión de fotografías de muchos libros, y viajes también.

      La carestía de la vida ya la padecí en mis incursiones por Escandinavia, aunque viajaba de un modo que minimizaba muchos gastos, incluso me llegué a alojar en casas de estas tímidas gentes... en apariencia.

      ES cierto esa ausencia fuera de la isla, pero siempre vuelven a sus soledades. Tengo un amigo, al que hace mucho que no veo, casado con una islandesa, aquí en Madrid.

      Quien sabe, Joselu, tal vez vuelvas a Islandia, ¿por qué no?
      "Adviento en la montaña" es un libro forjado con el carácter islandés, como muy bien señalas.

      Un abrazo, siempre encuentro muy interesante lo que escribes en tu blog, aprovecho para decírtelo.

      Cuídate.

      Eliminar
  4. Voy a echar de menos esta temporada tus fotos de los libros que reseñas. Maravillosas las del Guadarrama que nos dejas en esta entrada. De todas formas, seguro que no las echaré tanto de menos como tú tus caminatas y seguro también que guardas muchas fotos en la recámara con las que deleitarnos.
    Es un autor desconocido para mí este que nos traes. La verdad que la literatura islandesa es para mí bastante desconocida. Pero es cierto que no se necesitan grandes tramas para hacer grande una novela. Tomo buena nota de esta.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues no te equivocas, amiga Lorena, tengo varias fotos en la recamara, son libros que me apetece leer, que curioseo, y he ido haciendo muchas fotos, meses y semanas antes de este confinamiento, así que seguiremos paseando, virtualmente, por el campo en este blog.

      G. Gunnarsson es un autor de escaso conocimiento por estos territorios, en Escandinavia, obviamente, no es así. A mí me parece una opción ideal para estos momentos, es una lectura esperanzadora, no viene nada mal!
      Un abrazo y mucho ánimo!!

      Eliminar
  5. "raramente la trama de un libro se considera su parte más importante, lo más importante es cómo está escrito. Una verdad de lo más simple que, sin embargo, a menudo suele olvidarse"
    Estoy de acuerdo con eso como tú, los libros hablan de muchas cosas, las mentes pueden divagar aquí o allá, el cielo puede estar arriba o abajo, los lunes serán lunes o sábados, los libros podrán tener la tensión de una telefilm de sobremesa o el erotismo de un mal cabaret, pero si no tienen esa corrosiva o dulce o pegajosa o sangrante o milagrosa capacidad de convertir un conjunto de palabras en arte, el libro nunca será libro, porque la literatura es eso, el arte de la palabra.

    La literatura nórdica expresa una manera de ver su mundo, ese mundo solitario y despejado, los que he leído siempre tiene algo de ello, ellos como unidad, como individuo contra el mundo, o con el mundo. Esa especia de soledad vital que parece acompañarlos siempre, como una tristeza de mundo en tinieblas. Me produce curiosidad eso de la "uniformidad" o el lugar común de las literaturas nacionales, nunca he sabido si sus improntas son heredadas de antiguos escritores o es el polen de los pueblos.
    cuidaos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una idea, la del estilo en la escritura, que siempre me pareció lo más relevante en una novela, en la literatura, ya se ha contado todo, pero tener el don de la palabra permite contar algo como no se había hecho antes, esa es la clave.

      La literatura nórdica se explica bien viendo una película de Bergman, o leyendo a Strindberg, es esa lucha constante del individuo contra sí mismo y, a partir de ahí, contra el mundo. El aislamiento en el que viven, la baja densidad de población, les hace tener una querencia natural hacia la soledad, con esa estela de tristeza que parecen arrastrar, y de vez en cuando se dan un baño de multitudes y salen en busca del venerado Sol, por eso recalan en legión por el Mediterráneo, es una paradoja interesante.
      Hay algo heredado en su escritura, han sido magníficos cuentistas, los escaldos (poetas) vikingos de hace mil y pico años han dejado su impronta en estas gentes, grandes amantes de la poesía, especialmente los islandeses, los mejores escaldos entre los vikingos.

      Cuídate, Wineruda.

      Eliminar
  6. Islandia es uno de los pocos países que me quedan por visitar de Europa. Tras la lectura de tu extraordinario reportaje y los interesantes comentarios se acrecienta el deseo de superar esa "asignatura pendiente"

    Muchas gracias y un fuerte abrazo, amigo Paco

    ResponderEliminar
  7. Pues ojalá consigas realizar tan deseado viaje, amigo Luis Antonio. Yo tampoco he viado allí, pero es algo que me encantaría, desde luego. De momento nos conformamos con su excelente literatura.
    Un fuerte abrazo y gracias a ti ;)

    ResponderEliminar
  8. No entiendo cómo se me han podido pasar esta entrada y la siguiente, con tanto tiempo y tantos momentos invertidos en los blogs. Ya me parecía que hacía mucho que no publicabas. Yo me guío por el gadget de blogs favoritos y no he visto nada tuyo desde "En mi casa", tu entrada anterior. O ha fallado el gadget (alguna vez ha pasado) o he andado despistada.
    Si ya me parece inhóspita cualquier historia ambientada en Islandia, esta mucho más al estar ubicada en la peor época y en las peores condiciones posibles en cuanto a meteorología.
    estoy de acuerdo en que más que lo que cuenta un libro, importa cómo lo cuenta y cómo está escrito. Historias sencillas, sin nada especial ni hechos excepcionales, se convierten en grandes novelas en manos de grandes escritores.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No te preocupes, Rosa, estos días todos andamos con mil cosas en la cabeza, es normal.
      Recuerdo que esos parajes inhóspitos y fríos te echaban un poco para atrás, es curioso, a mí me ocurre lo contrario, me atraen sobremanera.

      Sí, la manera de contar es lo determinante, los grandes escritores, como bien señalas, nos lo hacen ver.
      Un beso.

      Eliminar
  9. Has vuelto a tu querida Islandia, amigo Paco! Si ya con Laxness teníamos una mirada de esa tierra, con éste terminas de armar un panorama más vasto.
    De más está decir que no tenía idea ni de autor ni de título, por lo que vuelves a tu rol de Rescatador una vez más.
    Gracias por tan bellas fotos, que acompañan magníficamente el texto. Voy a ver si encuentro algo del autor; al fin y al cabo, la edición de tu libro no es tan antigua.
    Un abrazo grande, varón!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre tengo que regresar al frío, vigoriza el organismo. Mis incursiones a las letras islandesas nunca me han defraudado, eso sí, he procurado ser selectivo.
      Gunnar Gunnarssson... o la sencillez hecha talento narrativo, una historia para saborear las soledades árticas, te gustaría, seguro.
      Un abrazo campeón!!

      Eliminar