P. Castillo

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jueves, 4 de junio de 2015


La poesía y la música también se cruzan en el tiempo, se entregan a un romance lorquiano, se entrelazan, se besan, se abrazan como si no existiese un mañana… y se deshacen, otra vez, en el tiempo. 

Camarón de la Isla (Cádiz, 1952 - Barcelona, 1992)

Hay algo enigmático y salvaje en la presencia de Camarón, en su voz, que me pone los pelos de punta, ni siquiera se trata del flamenco que, como el frío, a veces me gusta y otras no. Él es como un remolino de viento que rompe la abrasadora quietud del mediodía veraniego, apareciendo repentinamente y fugándose con la misma prisa, dejándonos el resonar de puertas y ventanas que golpean briosas, como los palmeros flamencos.

Lorca cantando a través de la voz y el cuerpo de Camarón puede ser ese sueño que va flotando sobre el tiempo o… no importa lo que sea, solo hay que sentirlo.

Camarón, “la leyenda del tiempo” (basada en el poema de García Lorca)



El sueño va sobre el tiempo 
Flotando como un velero 
Nadie puede abrir semillas 
En el corazón del sueño 

El tiempo va sobre el sueño 
Hundido hasta los cabellos 
Ayer y mañana comen 
Oscuras flores de duelo 

El sueño va sobre el tiempo 
Flotando como un velero 
Nadie puede abrir semillas 
En el corazón del sueño 

Sobre la misma columna 
Abrazados sueño y tiempo 
Cruza el gemido del niño 
La lengua rota del viejo 

El sueño va sobre el tiempo 
Flotando como un velero 
Nadie puede abrir semillas 
En el corazón del sueño 

Y si el sueño finge muros 
En la llanura del tiempo 
El tiempo le hace creer 
Que nace en aquel momento 

El sueño va sobre el tiempo 
Flotando como un velero 
Nadie puede abrir semillas 
En el corazón del sueño 

El sueño va sobre el tiempo 
Flotando como un velero 
Nadie puede abrir semillas 
En el corazón del sueño

4 comentarios:

  1. Qué curioso, empecé a leerte y cuando llegué, después del primer párrafo, me quedé detenida ante la foto de Camarón y dos pensamientos simultáneos saltaron a mi mente: qué fuerza tenía, no hablo de la voz, no hablo de su flamenco, hablo de él, sólo con ver la foto ya la percibes. Algo especial, magnético.
    Y el otro pensamiento fue... 40 años. Sólo vivió 40 años. Y no sé qué me ha entrado por el cuerpo. Por él, por todo lo que no llegó a hacer. Y por mí. Por todo lo que no he hecho...

    Y ya te seguí leyendo. Y me detengo, y me quedo un rato en ese sueño sobre el tiempo...

    Un abrazo, Paco.

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  2. Es cierto Ana, Camarón no dejaba a nadie indiferente. Decía un representante que cuando actuaba en Nueva York y paseaba por la Quinta Avenida, sucedía algo inaudito ahí, en una ciudad donde nadie parece asombrarse de nada... la gente (hombres y mujeres) se volvían para admirarlo cautivados por el aura que irradiaba su presencia,
    Sí, hay tantas cosas que no hemos hecho, aunque creo que en sueños ya hicimos casi todo... hasta volar!
    Cuídate Ana. Otro abrazo para ti.

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  3. Ayyy!!! No compartimos en este caso emociones, nunca me llegó Camarón, en general no conecto con el flamenco, incluso unido al jazz que es mi música favorita, me cuesta. Hay algo en tanta emoción desatada que me cohíbe. Será que soy en exceso sobria y contenida, no sé.

    En mi casa hay mucha música de Camarón, no pienses :))

    Un abrazo!!

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  4. Hola Laura. No me gusta especialmente el flamenco, me acerco un poco de la mano magistral de Paco de Lucía a la guitarra, porque el sonido de una guitarra... es otra cosa, y algún tema de Camarón como este, no sé lo que tiene, la voz, la presencia, la letra... pero me llega, será que lo escucho en soledad y lejos de contenerme me dejo llevar, quien sabe.
    En mi casa también hay mucho jazz :)
    Cuídate amiga.

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