P. Castillo

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viernes, 8 de mayo de 2015

Augusto Monterroso.

Movimiento Perpetuo, (Bilioteca El Mundo); Cuentos, (Alianza Editorial).



Los que conocían a Augusto Monterroso (Tegucigalpa, 1921 – Ciudad de México, 2013), se referían a él como un hombre bondadoso y afable, si bien parece que su timidez era inversamente proporcional a su pequeña estatura, sobre la que ironizó en alguno de sus relatos.
Cada cuento de Monterroso me abre un sinfín de puertas a la imaginación y, como lector, cuando el libro que sostienen mis manos abandona su presencia material, y solo ves el universo recreado en sus letras, del cual te hace partícipe, presientes la profundidad con la que los grandes escritores observan la vida y nos lo cuentan con una novela, un ensayo, una poesía o, en el caso de Monterroso, así :

" Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí "

Es su afamado y escueto texto del que nunca reveló nada. Tal vez ahí estaba todo. Él quiso que cada lector lo dejase germinar en su imaginación. Tal era su pretensión, así que a los críticos les resulta complicado unificar su obra en un género convencional, muchos lo sitúan como un eslabón entre Borges y Cortázar, escritores que leyó con admiración y le influenciaron, sin duda.
Pero su curiosidad lectora se sació con mayor voracidad degustando los clásicos grecolatinos y la literatura anglosajona. Gabriel García Márquez se confesaba seducido por la original ironía que destilaban sus cuentos, aforismos, fábulas… o lo que sean. Lo dejaremos en cuento, cuya permeabilidad le permite aglutinar todas las variables.

En la exuberante tradición del cuento suramericano nos encontramos, por tanto, con perlas negras como Augusto Monterroso, que sin el resplandor de los Cortázar, Borges, García Marquez, Quiroga y otros afamados cuentistas que todos recordamos, posee una particularísima forma de narrar que le hace merecedor de idénticos laureles.
Movimiento Perpetuo no responde a una definición consensuada. Como dice el autor:

"La vida no es un ensayo, aunque tratemos muchas cosas; no es un cuento, aunque inventemos muchas cosas; no es un poema, aunque soñemos muchas cosas. El ensayo del cuento del poema de la vida es un movimiento perpetuo; eso es, un movimiento perpetuo”.


Decía más arriba que sus libros se desprenden de la materialidad para sembrar nuestra mente con otros mundos posibles, y entre las páginas uno cree estar en presencia de Monterroso, como si fuera un fantasma bonachón que te acompaña en la estrambótica travesía que inicias desde la primera hasta la última letra.

Augusto Monterroso, (Movimiento Perpetuo):

El mundo
Dios todavía no ha creado el mundo; solo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso. 

2 comentarios:

  1. Me cuesta leer cuentos, pero si un autor me gusta, los disfruto mucho. Has nombrado a dos de mis favoritos, Cortázar que lo leí casi completo de veinteañera y Borges que lo disfruto ahora. Has picado mi curiosidad sobre este autor que no me era desconocido pero no he leído. Dudo si comenzar con una de tus propuestas o la otra ¿Qué me recomendarías?

    Un abrazo!!

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    1. Hola Laura. Coincidimos en algo, no soy asiduo a los cuentos. Te recomendaría “Movimiento perpetuo”, sin duda, es una propuesta diferente a otros libros de cuentos, se sale de lo convencional. La verdad es que no sabes muy bien ante lo que estás… y eso puede ser estimulante. Parafraseando a Monterroso, ni siquiera son cuentos, ni fábulas, ni aforismos, ni relatos al estilo tradicional, no es nada de eso aunque a todo eso se pueda parecer. Y, de voz propia, te diría que cada escrito de este autor es como el ornitorrinco, ese animal en particular que se parece a todos en general. Ya ves, que final más Monterrosiano. Un saludo.

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