P. Castillo

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sábado, 19 de marzo de 2022

 

Guerra y lenguaje...


Me ha parecido muy apropiado recuperar una entrada, dado el contexto bélico actual.

La cuestión gira en torno a la función/manipulación del lenguaje en tiempos de guerra, tema del ensayo que publicó, allá por el 2007, Adan Kovacsics.

Escribí el comentario del libro hace seis años… pero podría referirse a ayer mismo, con el foco puesto en Ucrania versus Rusia.

Precisamente la inmensa y compleja Rusia, esa gran desconocida para los occidentales, ha motivado uno de esos arrebatos míos, y me he lanzado a desentrañar algunas claves pasadas para atisbar algo el presente (de aquellos barros, estos lodos), aunque sea un poco a través de lecturas. En ello ando, pero ahora no serán las protagonistas.


De izquierda a derecha; Wladimir Weidle. “Rusia ausente y presente” (1950)

Yuri Afanásiev. “Mi Rusia fatal” (1992).

Fernando de los Ríos Urruti. “Mi viaje a la Rusia sovietista”, (escrito en 1921, publicado por esta edición de Alianza en 1970). Foto, Paco Castillo.


En cuanto al ensayo de Kovacsics. Cámbiense algunos datos; la guerra de Irak por la presente de Ucrania; las manipulaciones informativas de Colin Powell en su momento, por las del Kremlin de Putin ahora, y algún que otro aspecto más, y todo encajará en el marco actual de manera asombrosa. Me he permitido unos mínimos retoques. Os lo dejo ya.


Jueves, 21 de enero de 2016

Guerra y lenguaje. Adan Kovacsics (Santiago de Chile, 1953)

Libro. Editorial El Acantilado, primera edición, 2007. Ensayo. 160 páginas.


                                         Foto, Paco Castillo, 2016

Ayer terminé este libro de Adan Kovacsics. Si alguien no conoce al autor es posible que se cruzara con su nombre en algún ejemplar de Acantilado o Minúscula, pues es el excelente traductor de varios escritores en lengua húngara y alemana que forman el catálogo de dichas editoriales. Kovacsics es chileno e hijo de inmigrantes húngaros, aunque nacionalizado español desde hace muchos años (vive en Barcelona).

El debate suscitado en cuanto a la reducida capacidad que tiene el lenguaje para representarnos la realidad ya tiene un largo recorrido histórico. La filosofía, entre otras disciplinas, lo ha reflejado ampliamente.

En el transcurso de la cultura europea se han sucedido casos relevantes de intelectuales muy críticos contra el modo de entender el lenguaje y, sobre todo, contra las formas de pervertirlo para originar un discurso dominante, y crear corrientes de opinión conniventes con las esferas del poder económico y político.

Bajo el título de “Guerra y lenguaje”, Kovacsics ha desarrollado cuatro interesantes ensayos, cuyo contexto abarca, mayoritariamente, el espacio geopolítico de la Europa Central durante la I Guerra Mundial:

Crisis del lenguaje

Matuschka

Guerra y lenguaje

Danubio

Uno de los escenarios principales a donde nos adentra es la  Viena de dicho período, concretamente al Cuartel de Prensa creado por el ejercito austro-húngaro. Allí trabajaron escritores elaborando propaganda que ensalzara el esfuerzo de los soldados en el frente. Todo un organigrama para revestir de heroicidad a aquellos desvalidos jóvenes que morían en el frente sin gloria alguna, a los altos mandos, etc.

También nos presenta diferentes episodios de esta problemática de la lengua, por ejemplo la relación traumática que algunos escritores han tenido con el lenguaje, o la crítica de otros denunciando su manipulación en el estamento periodístico y político, como si se experimentase con un animal de laboratorio para comprobar sus efectos en terceros. Críticas de algunos escritores hacia aquellos colegas que pusieron su pluma al servicio de la infame propaganda bélica.

Si uno reflexiona sobre la naturaleza e historia de las guerras, constata que las grandes contiendas necesitan crear previamente un discurso ad hoc, no tanto para justificarse ante el mundo, pues sabemos que los señores de la guerra ni tienen ni necesitan justificación, como para crear el mayor número de acólitos en la sociedad, pues de ella se nutre la maquinaria belicista.


                                            Foto, Paco Castillo, 2016

Es ahí donde interviene el lenguaje, y los que mejor saben persuadir con él son, sin lugar a dudas, los escritores.

Se crea una retórica que tiene el esperpéntico fin de elevar la mentira a la categoría de axioma (hoy fake news), y por tanto premisa que se asume sin necesidad de demostrarla.

En dicho sentido, ¿Os suena la Guerra de Irak y sus armas de destrucción masiva? Lo menciono ya que aparece en el libro como moderno paradigma del tema que nos ocupa.

(Sustitúyase ahora por los argumentos iniciales de Putin, centrados "únicamente" en objetivos militares y en las regiones prorrusas de Ucrania, sabiendo ya la verdadera intención; la destrucción en todo el país, y extendida a la población civil. Valga lo mismo para el párrafo siguiente).


Y nos viene a la memoria la “opereta” de Colin Powell ante la ONU, mostrando unas fotografías “manipuladas” de “fábricas de armas”, “enclaves estratégicos en el área oeste”, "depósitos de arsenales en la región sur” del territorio enemigo. Digo manipuladas porque luego se comprobó que los encabezados de las fotos no se correspondían exactamente con las imágenes (lo refleja Kovacsics). El caso era sencillo, los encabezados (titulares) de las fotos ya estaban creados antes de las propias fotos, de tal suerte que la cuestión no era buscar un título para cada fotografía, sino preparar una fotografía para cada titular. Así funcionan tantas guerras, todo empieza con una mentira, la historia está escrita con montones de ellas.

En cuanto a las crisis de algunos intelectuales con el lenguaje, se expone el caso, entre otros, de Ingebor Bachmann, la célebre poeta austriaca, para muchos la más brillante de su generación, cuya profunda crisis de identidad literaria, al punto de abandonar el género poético (se centró en la narrativa, sobre todo), la llevó a considerar la poesía, supongo que su poesía, una vía muerta para la expresión del lenguaje.

Significativo lo que refiere de su poema «Ihr Worte»  («Vosotras las palabras») :

“Lo escribí después de que durante cinco años no me atreviera a escribir un poema, no quisiera escribir ninguno, me prohibiera crear una estructura llamada poema. No tengo nada en contra de los poemas, pero debe imaginar usted que de repente una lo puede tener todo contra ellos, contra cada metáfora, cada sonido, cada obligación de juntar palabras, contra ese gesto absoluto y dichoso de hacer aparecer palabras e imágenes. Que dan ganas de asfixiarlo para volver a revisar qué hay en ello, qué es, qué debería ser. Todavía sé poco sobre los poemas, pero a lo poco que sé pertenece la sospecha. Sospecha bastante de ti misma, sospecha de las palabras, del lenguaje, me decía a menudo, profundiza en la sospecha para que algún día pueda surgir, quizá, algo nuevo. Si no, que no surja nada más" (p. 31).

Magnífica reflexión.




Pero el pasaje del libro que me ha resultado más fascinante tiene que ver con las referencias a dos autores, el austríaco Karl Kraus y el alemán Walter Benjamin, férreos acusadores del maniqueísmo de la prensa, especialmente K. Kraus, por la vil instrumentalización del lenguaje.

También K. Kraus es al que más párrafos ha dedicado Kovacsics, muy merecidos sin duda.

La reacción de ambos intelectuales frente a las proposiciones de colaboracionismo con el ejército austro-húngaro, fue el silencio como respuesta intelectual. Mal entendido por algunos coetáneos y críticos al interpretar con ello irresponsabilidad cívica, ausencia de compromiso, encubrimiento, entre otras afirmaciones.

En alusión a la alianza entre lenguaje y guerra, nos apunta Kovacsics unas consideraciones que esclarecen la posición de K. Kraus y W. Benjamin :

"(…) se había producido una avalancha de un determinado lenguaje, que exigía una respuesta precisa. Expresarse en contra sin más no era tal vez la fórmula más adecuada. Habría significado añadir una voz más al discurso. La percepción a la que se debía el silencio  era que hasta el eje de la lengua se había movido. Callar debía definirse, en consecuencia, como la respuesta de quien se apartaba ante el alud. (…)

El silencio: el lugar donde se guarda y se protege el verbo ante el arrasamiento, el cajón donde se esconde el tesoro ante las tropas." (p. 70).

En sus escasas apariciones públicas K. Kraus (siempre azote para las instituciones del poder), se expresaba en estos términos, en donde el silencio era una reacción al:

«Tiempo ruidoso que retumba por la horrenda sinfonía de los actos que generan informaciones y de las informaciones que generan actos»

Y denuncia la alianza entre escritura y guerra de esta manera tan poética:

«Las plumas se sumergen en sangre y las espadas en tinta»

O alude a la relación entre palabra y acción (acción bélica):

«Quien alienta las acciones, profana la palabra y la acción y es doblemente despreciable. La vocación a ello no se ha extinguido. Los que ahora nada tienen que decir, porque la acción tiene la palabra, siguen hablando. Quien tiene algo que decir, ¡que dé un paso al frente y calle! (p. 70).

K. Kraus mencionará la figura del autor Henrich Heine como ejemplo del uso literario que repudia, es decir, la literatura entregada al discurso periodístico afín al poder. Si bien, reconoce la  genialidad del poeta alemán.

En el libro también se menciona, ojo al dato, a Stefan Zweig y Rainer Maria Rilke, ya que ellos sí pusieron su talento a trabajar para El Cuartel de Prensa del ejército austro-húngaro, sea por sus convicciones personales, o sin ellas, suponen la antítesis de lo que pensaban y hacían K. Kraus y W. Benjamin, para quienes ponerse al servicio del ejército era como claudicar ante la mentira por antonomasia; la guerra. En una época en la que el pacifismo era mal visto y censurable no se amilanaron en defender su ideal.

Otro nombre célebre que aparece es Ludwig Wittgenstein, aunque el filósofo vienés sí participó en la Gran Guerra, de hecho se alistó voluntario, pero era visible su perturbación por la banalización rápida e imparable del lenguaje en su sometimiento a la guerra. Desde esa conciencia angustiosa L. Wittgenstein escribe su Tratactus, centrándose en el sentido que tienen las palabras y su uso u omisión en el lenguaje, una obra que sigue la estela de K. Kraus, autor a quien el propio L. Wittgenstein admiraba y leía profusamente.

Hay párrafos que no me resisto a mostrarlos:

"El periodismo se ha apropiado de la literatura, constata Kraus. Y la guerra se apropia del primero y, de paso, también de la creación literaria. La campaña militar necesita exaltadores, divulgadores y portavoces, necesita la propaganda, necesita a los escritores. La literatura debe convertirse en medio. El fin: la difusión positiva del esfuerzo bélico propio (y de sus razones) y la negativa del ajeno. (…)

Previa a la palabra existe una voluntad, que declara qué es lo bueno y qué lo malo, quién es el amigo y quién el enemigo, (…)". (p. 80)

O este otro:

"Una guerra es, además de sus actos y sufrimientos, un torrente de palabras. Quien lo percibe no puede menos de sentir un escalofrío. A la crueldad se suma la frivolidad verbal, que impregna hasta a quien la escucha, mancha incluso a quien piensa sobre ello" (p. 124).

Entre pasaje y pasaje salgo a dar un paseo para asentar lo leído, y me pongo  a pensar sobre la asociación del lenguaje y el discurso político. No tardo en ver señales" :

 

                                          Foto, Paco Castillo, 2016


Ilusión. ¿Es eso lo único que nos piden los políticos para votar? Poca actitud reflexiva nos reclaman. Y con poco parece que nos conformamos.

Extraigo un mensaje claro en este ejercicio de reflexión que supone leer “Guerra y lenguaje”; las palabras tienen la capacidad de “encajarnos” en su realidad cuando son utilizadas por un experimentado manipulador de conceptos (un trilero de palabras), un demagogo que desde el púlpito sabe sintonizar con la emoción popular.

Las palabras han de tener un sentido para la realidad desde nuestra reflexión, uno ha de ser sujeto activo con el uso del lenguaje, desde un diálogo interno, sereno y crítico entre nuestro pensamiento y nuestro lenguaje, la inadecuación entre ambos nos resta amplitud, perspectiva.

Los políticos, los líderes del cotarro, lanzan sus proclamas y pretenden que se asocien con la voz mayoritaria de la ciudadanía… “Los españoles han hablado en la urnas…”, “Los españoles han dicho que quieren esto…”, “Los madrileños han decidido con el resultado aquello otro…”, “Los catalanes han expresado en las urnas lo de más allá..”

Todas esas cosas, y más, dicen los políticos que decimos el resto, seamos sus votantes o no lo seamos, tanto da que da lo mismo.

Pero me temo que el grueso de ciudadanos no ha dicho absolutamente nada, ni esta boca es mía, solo han recorrido unos centenares de metros hasta el colegio más cercano, han depositado unas papeletas en las urnas, y se han largado de ahí, de la misma forma mecánica con la que acuden a comprar el pan, sin más.

Si los políticos se apropian con tanta facilidad de nuestro discurso tal vez sea porque no tengamos discurso alguno… Solo unos centenares de metros de ida y vuelta que recorrer.

Este comentario fue escrito por Paco Castillo, el 21 de enero de 2016.

 


22 comentarios:

  1. He leído y releeído la entrada por dos veces, en ocasiones se me pasan cosas que resultan harto interesantes y pierdo el nexo. Y a lo que vamos.

    Estoy completamente de acuerdo en tu exposición. (Por cierto, agradezco que pongas en negrita los autores).

    hay dos párrafos que son claves, dentro de todo el entramado. Uno:
    "...la banalización rápida e imparable del lenguaje en su sometimiento a la guerra ..." Wittgenstein. Hay otros autores que nos dicen los mismo, Onetti, Le Bon, Carey, Ortega, Lipovetsky, Baernays...y que tu has citado en alguna ocasión por este bloc, y todos relacionados con "las masas", tema que me resulta intrigante por cuento su manipulación por los medios, y es aquí donde entra tu segundo párrafo que enlaza con toda la entrada (muy buena por cierto) :
    "...Los políticos, los líderes del cotarro, lanzan sus proclamas y pretenden que se asocien con la voz mayoritaria de la ciudadanía….."

    No tengo más que volverlo a leer para tomar idea y darte las gracias por esclarecer un territorio en el que actualmente hay tanto "Goebels"suelto, tanto agitador y tanto vividor del sistema.

    Un abrazo muy, muy fuerte
    Salut ¡

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    1. Así es, Miquel, hay aquí bastante material para la reflexión.

      La retórica belicista, lo estamos viendo ahora con Putin, tiene un papel muy relevante en las guerras; fíjate que el Kremlin ha prohibido en Rusia que se utilice la palabra "guerra" para referirse a la "operación especial" que Putin lleva a cabo en Ucrania.

      Y los políticos, como no, sueltan muy "alegremente" eso de que ellos hablan recogiendo el sentir mayoritario, es sumamente irritante. Nos sobran agitadores, pero de estos los hay en cada esquina de la piel de toro... no solo en el Congreso.
      Otro fuerte abrazo para ti, amigo.

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  2. ¡Hola Paco! menudo ensayo que te has sacado de la manga, deberías publicarlo en algún sitio, contiene mucha información (además de reflexiones tuyas) interesante, para reflexionar. El poder del lenguaje para manipular... lo vemos cada día, últimamente cada vez más, porque muchos se dejan, no se paran a pensar, a investigar como son las cosas. Me pasa como a ti, me sienta fatal que los políticos asuman al grueso de ciudadanos, lo que se decide en las urnas.
    Hoy en día, es tremenda la manipulación a través del lenguaje que se ejerce, no hay que ver tanto fake news que pululan por todas partes y que muchos se creen a pies juntillas y no dudan incluso en compartir en sus redes, sin pararse a contrastar, a pensar, a investigar
    Me reitero amigo, creo que deberías de escribir para algún diario, o periódico, son muy valiosas tus reflexiones y tus escritos
    Besos

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    1. Bueno, María, ¡que me vengo arriba! jaja, y, aunque no me considero nada del otro mundo, sabes como animar ;).Escribía en un periódico estudiantil, cuando estaba en la Facultad de Ciencias de la Información, y era algo que me encantaba, pero ahí queda el asunto. En España hay algunos periodistas, o articulistas muy buenos, y es que España ha sido magnífica cantera de estos profesionales, ya desde tiempos lejanos, acuérdate del gran Mariano José de Larra, Clarín, Julio Camba (uno de mis favoritos), Francisco Umbral, Manuel Vicent, Rosa Montero, Elvira Lindo, Muñoz Molina... uff, menuda plantilla, esos sí son magníficos.

      El poder del lenguaje para manipular es tan antiguo como la propia humanidad, si tiras de hemeroteca patria, encontrarás algunos eufemismos antológicos, acuérdate de la famosa "movilidad exterior" de la exministra Fátima Báñez (Empleo), para referirse a la sangrante fuga de miles de jóvenes en busca de empleo en otros países, malabarismos lingüísticos como ese hay para dar y tomar.

      De momento escribo en el blog, que no es poco, pues me aplico la exigencia a la altura de quienes me comentáis; ponéis el listón muy alto.
      Gracias, amiga Marian, besos!!

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  3. Sentimos de modo análogo ante las crisis de nuestro tiempo. Ambos buscamos indagar, mediante la lectura incesante, en claves que nos ayuden a entender qué está pasando como ahora en Ucrania. Y sí, sin duda, el lenguaje es un arma fundamental para armar la demagogia y la propaganda que justifica la guerra. No hace mucho fue Irak y las mentiras de Colin Powell ante la ONU, ahora es la campaña de tergiversación y manipulación masiva de la sociedad rusa por parte de Putin y su "nueva guerra patriótica". Cada dictador tiene que tener una. Lo terrible es la efectividad de la propaganda en un país de estructura autoritaria cuyos mecanismos de respuesta han sido censurados, cancelados o abiertamente envenenados como es habitual en la Rusia de Putin. La mayoría de rusos apoya la guerra; solo es una minoría la que se opone con gran riesgo por su parte. Todo ello ha sido preparado con años de propaganda semejante a la de Hitler para anexionarse todos los territorios con presencia alemana. Así Putin ha preparado a los rusos para que apoyen una guerra que no se denomina como tal. Salirse de los mecanismos del poder es muy difícil para la mayoría del pueblo ruso que es manipulado mediante el lenguaje mediante consignas e ideas fuerza cuya veracidad es muy escasa pero valen como herramientas para moldear la mente, sobre todo cuando arraigan en una sociedad como la rusa que en su mayoría añora la realidad de la URSS cuya desaparición lamentan aunque carecieran totalmente de libertad. De este modo, la propaganda -y el lenguaje- sirven cuando se apoyan en creencias, valores, sentimientos previos. Así, Hitler y la conjura judía para destruir Alemania; así, Putin y la nazificación de Ucrania para masacrar rusos; así, Estados Unidos y el anticomunismo.

    Ayer Juan Soto Ivars en El Confidencial daba noticia de un libro ya antiguo MIS AMIGOS LOS NAZIS en que el autor, Milton Mayer, judío que oculta su condición, se traslada a la ciudad de Hesse en Alemania en 1951 y se hace amigo de antiguos simpatizantes nazis que admiraban a Hitler. Se gana su confianza y estos se abren a él y reconocen que el Tercer Reich fue la mejor etapa de su vida, manifiestan su antisemitismo. Milton Mayer no los juzga ni los odia, solo quiere que se abran y muestren lo que llevan dentro. La mayoría son buena gente, buenos ciudadanos y respetuosos patriotas. Creían que eran libres sinceramente en la Alemania nazi, y si no se preguntaron más fue porque no lo deseaban. La propaganda nazi había totalmente eficaz para deshumanizarlos -sin que dejaran de ser buenas personas- pero había caído en un contexto en que reforzaba sus mitos, sus creencias, sus sentimientos antijudíos y su conciencia de superioridad racial.

    En lo referente a Karl Kraus hay que decir que fue un intelectual que suscitó una admiración extraordinaria en muchos de los intelectuales de su tiempo pero al final de su vida apoyó el golpe de estado-y dictadura- de Engelbert Dollfuss en Austria para crear una democracia corporativista y evitar la anexión anunciada por Hitler y ello le enajenó dicha admiración y produjo un rechazo total de su postura colaboracionista con la dictadura. Elias Canetti da cuenta de ello en su autobiografía intelectual El juego de ojos.

    Ello da idea de que, a veces, los seres humanos se ven en dilemas terribles. La vida en sí es un dilema continuo. A nosotros, desde aquí nos es fácil elegir pero no es así en Rusia. ¿Acaso nosotros no estamos también manipulados y no nos damos cuenta? Lo audaz, lo valiente, lo heroico es oponerse a la inmensa mayoría, no levantar el brazo, no asentir, no dejarse llevar por la corriente, pero esto es difícil, muy difícil porque las ideas simples nos son cómodas, rebelarse contra ellas es complicado.

    Excelente artículo, Paco.

    Un abrazo.

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    1. Sí, Joselu, nos mueve el mismo anisa por indagar, a través de la lectura, en los acontecimientos trascendentes que ahora copan la actualidad, llámese la guerra en Ucrania, por ejemplo, buscando desentrañar alguna clave que arroje cierta claridad a lo que, en principio, se ve tan sumamente intrincado. Uno tiende desde aquí a contemplar Rusia como si fuese un ente remoto y distante, de otra órbita, pero empiezas a descubrir las costuras, sólidas muchas, que siempre la han unido a Europa, a pesar de antojarse como una realidad totalmente ajena a la europea... pero no es así, hay lazos, vínculos y aspectos entre ambas partes, hasta el punto de que no puede entenderse la realidad rusa sin la parte europea y viceversa, a pesar de que Putin hable renegando de Occidente, y Europa se haya referido a Rusia, durante mucho tiempo, como una realidad totalmente ajena a la europea, se plantean escenarios muy polarizados en ambas partes que distorsionan la realidad... y este conocimiento que te van revelando las lecturas, acrecienta el sinsentido que en verdad rodea a las guerras, por más argumentos que quieran utilizarse para emprenderlas.

      Queda claro que un porcentaje muy significativo de rusos apoyan a Putin, pero es también evidente que los rusos contrarios a la guerra son muchos, y sabemos que ese número nunca llegaremos a saberlo con exactitud, pues el Kremlin pondrá la cortina de humo para que esa otra Rusia discordante con Putin no tenga a penas eco en Europa, y pensemos eso que apuntas (de lo que no estoy tan seguro), que son una minoría los contrarios a la invasión de Ucrania... pero seguramente sean muchos, muchísimos más de los que imaginamos desde aquí.

      Si no has leído "Mefisto", te lo recomiendo encarecidamente, la novela de Klaus Mann (hijo de Thomas Mann), en donde también refleja, magistralmente, otra realidad en el nazismo; todos aquellos altos oficiales nazis que llevaban una doble vida (o doble moral), ideológicamente contrarios al nazismo, incluso antiguos simpatizantes comunistas que ocultaban secretamente su pasado, y se veían forzados a mantener el tipo en su rutilante traje de oficial SS, pues en ello iba la vida de sus familias, empezando por la suya propia, obviamente no era lo común, pero se dieron bastantes casos de esa naturaleza, y Klaus Mann lo refleja en Mefisto con maestría.

      Conocía esa circunstancia de Karl Krauss, y esas derivas ahí están, responden a las luces y sombras, polémicas varias que también acompañaron a mentes privilegiadas como él, igual que ocurrió con Einstein, Teresa de Calcuta, Charles Dickens, etc, etc. Y es que es como muy bien dices, la vida y sus contingencias pueden ponerle a uno en endiabladas tesituras, máxime si eres un intelectual relevante, tipo Karl Kraus, o Zweig... solo para ellos quedarán las verdaderas razones de muchas cosas que hicieron (o no hicieron).

      Lúcidas tus últimas líneas, estimado Joselu.
      Gracias, amigo, fuerte abrazo.

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  4. Es muy fácil manipular al personal. Siempre que se haga con mensajes simples, directos y que, hasta cierto punto digan lo que se quiere oír (o lo aparenten). Ahora en este país la extrema derecha se convierte en el mayor defensor de la libertad, por defender, defienden hasta a los huelguistas. Cuando yo era joven y esa extrema derecha llevaba asentada en el poder más de treinta años, no dieron libertad ni derecho a huelga, sino todo lo contrario. No saben muchos de los que les votan en lo que se convertiría este país si algún día llegan a gobernar.
    El lenguaje es la mejor de las herramientas, pero también puede ser la peor. Usada con intención puede ser letal. Y las guerras siempre empiezan con discursos que enfervorizan a la población, léase Hitler, Powell (o Aznar a su servicio) y ahora Putin. Por no hablar de los discursos de José Antonio que tanto caldo de cultivo supusieron para nuestra guerra Civil.
    Y sí, las campañas electorales no dejan de ser discursos falaces. ¿Qué es lo que dice el votante, lo que realmente quiere o lo que le han hecho creer que quiere?
    Ufff, me estoy liando y calentando. Mejor lo dejo. Una fantástica entrada, amigo Paco.
    Un beso.

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    1. En publicidad saben muy bien que los mensajes sencillos, directos, y con carga emocional son muy persuasivos, tienen mucho potencial manipulador si uno quiere utilizarlos de manera sibilina. Ayy, la extrema derecha, la puesta en escena de Vox es digna de aparecer en un esperpento de Valle Inclán.

      Está claro que el lenguaje siempre será un arma de doble filo, de ahí que puedan defenderse mucho mejor aquellos que lo manejan con criterio (el ser un buen lector ayuda mucho, desde luego).

      Así es, nada como un discurso diseñado para enfervorizar a las masas, la palabra serena huye de las multitudes encendidas.

      Muchas gracias Rosa. Un beso

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  5. Entrada magistral y sumamente enriquecedora. Mil gracias.
    Siento una enorme admiración por los escritores que saben escribir bien. Conocer los recursos de una lengua a fondo tiene mucho mérito.

    Saludos cordiales

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    1. Compartimos esa admiración, amigo Luis Antonio.
      Mil gracias a ti, eres una persona cuidadosa y elegante con el lenguaje, lo aprecio.
      Un abrazo.

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  6. Has hecho un análisis muy profundo de una realidad que nos cuesta aceptar. Tal vez deberíamos preguntarnos si los periodistas describen los sucesos tal cual los sienten o en función de los intereses de quien les paga el salario, y en cuanto a los políticos ¿usan o abusan del poder que les otorgamos?. Habrá de todo supongo, pero me temo que hay más mercadeo del que imaginamos, en todos los niveles y ámbitos geográficos, y no respeta ni al periodismo ni a la política, pues a poco que observes hay muchos intereses de por medio.

    Un placer leerte Paco, besos!!

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    1. Ana, el periodista se debe a quien le paga el sueldo, a quien le permite pagar su hipoteca, el colegio y la comida de sus hijos. Y es el jefe quien marca la línea editorial que ha de seguir su empleado (periodista). Por eso, la huelga de transportistas varía de enfoque según el periódico que la publique. Los políticos piensan que les otorgamos poder, y esa palabra les obnubila, pero lo que les otorgamos es la responsabilidad de gestionar un país, deberían de hacer ese ejercicio mental de sustituir "poder" por "responsabilidad", eso para empezar...

      Así es, siempre habrá intereses ocultos a la opinión pública, el filósofo Herbert Marcuse sugería que en la gobernanza era contraproducente contar "todo" a la ciudadanía, bueno, el juego político...


      Muchas gracias, Ana. Un placer tenerte por aquí, besos :)

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  7. Creo que de la misma forma que John Berger habla del cambio de concepto/fin de la obra de arte con el nacimiento de las reproducciones,ya no existe el fin sagrado y único de la obra; con el nacimiento de la camara, la televisión, el poder de la palabra, lo sagrado de lo dicho,pierde fuerza ante la imagen, el video. (Dorffman y Matelart ya hablaban de la manipulación de los niños de lati noamerica desde los comics del Pato Donald y disney;...qué no reescribirían con las tv actuales). La manipulación se centra en impactar, la reflexión ideologica se cambia por el impacto de la imagen, sí, pero también de la repetición de conceptos sin reflexión. Muchos de los votos de Trump los gana en las redes sociales por la simple repetición de mentiras o medias verdades dirigidas como si fueran misiles a unos grupos concretos de población-edad-nivel social o educativo, que han sido descubiertos, fichados y desnudados por programas espias o bots al servicio de las propias redes sociales. Hablando de bots... la forma más sibilina y común de crear un estado concreto de opinión son esos bots y las falsas cuentas, que desde el oropio terreno al que quiere atacar exagera sus conceptos y sus discurso para victimizar a su realmente propio partido o tendencia o ..La discusión ya no se libra en los discursos morales, se libra en el estado de buscar la verdad bajo capas y capas de mentiras. La soflama de aporellos oe, no muy lejana en el tiempo, se acompañó de una retahila de mentiras e imágenes que... terminó alimentando a ambas partes; desentrañar la verdad es un acto revolucionario que aún nadie ha asumido. La guerra actual recrea tantas similitudes con las anteriores :bombardeos a instituciones, imágenes, imágenes, , las redes sociales se llenan de fotos que ni siquiera son de esta guerra a veces ni el siglo., Y en este basurero de noticias nos enfangamos hasta el cuello.
    Con respecto a las guerras y lo intelectual, es un concepto difícil de clasificar, puesto que existen las guerras justas, es un concepto real, si existiera la paz universal e inalterable, lo que comentan los intelectuales que tú citas sería cierto, pero como no existe, dichos intelectuales deberian buscar cuál es el concepto de justicia para que esta se defendiera ante el enemigo de la paz, sea tu pais o sea el del otro.eso es revolucionario y justo. Era necesario parar a Hitler, a Japón a Mussolini.
    Ucrania es una realidad injusta, pero..¿ no lo es menos Palestina... por ejemplo? Y en este mundo de alegatos para la paz...nadie los ha elevado hace mucho para defender la paz justa allí...¿porque dura mucho, porque no interesa, porque ya no hay fotos,porque está lejos, porque nos aburre... ? Si eso es así, todas las declaraciones y escritos de todos los intelectuales no son más que meros soliloquios sobre la filosofia, la verdad, sobre el eurocentrismo, sobre lo metafísico.

    Aquel pobre niño ahogado en la playa removió conciencias y estómagos, hasta que otra noticia llenó la portada, entonces aquella guerra justa contra la injusticia asesina se olvidó, ya no habia guerra contra la guerra que mata sin ejercitos,ni rastro de ella...
    La realidad es tozuda y nos vence.
    Gracias Paco
    Tan interesante como siempre
    Cuídate

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    1. Es muy cierta tu reflexión; vivimos una época dominada por la sobreestimulación, por la imagen y la palabra convertidas en espectáculo… todo ha de ser espectacular, el verbo y la imagen, eso del debate mesurado, la observación serena y atenta, son aspectos que casan mal con el frenesí de nuestros días.
      Buena mención a John Berger, fue un lúcido observador de nuestro tiempo a través de sus análisis sobre el arte; el arte no deja de ser una expresión (y muy valiosa) de lo que somos en un momento dado.

      Si se pusiera la lupa en todas las herramientas que han servido para manipular… nos miraríamos unos a otros sobrecogidos y, como ya he dicho en referencia a la publicidad, lo que apuntas de la repetición de conceptos siempre ha sido muy efectivo, porque era ya una medida que los publicistas extrajeron de la psicología cognitiva para aplicarla al producto (consumir el objeto).

      Las redes sociales (tan utilizadas, como bien dices, por Trump, y añado Bolsonaro y alguno más), se han convertido en peligrosos altavoces de los peores instintos, donde pululan patéticos personajes.
      Uyy, la verdad, refieres… creo que desentrañar la verdad es una revolución fallida, pues nadie tiene el patrimonio exclusivo de una única verdad, sino que cohabitan multitud de verdades, y cada uno defiende la suya en detrimento de las otras, pienso que la mejor revolución es vivir intensamente (en la medida que podamos o nos dejen) el momento presente, esa es para mí la revolución genuina… lo demás tal vez sea perderse en teorías mientras “pasa la vida”, como rezaba aquella canción de ecos meridionales.

      Me ha gustado mucho tu reflexión a partir de “si existiera la paz universal e inalterable”, pero como no existe (…), me sumo a ese análisis, al final había que parar a los Hitler, Mussolini, Stalin y otros señores de la guerra y la violencia a gran escala, y el papel de los intelectuales y otros conflictos que ahora no salen en los medios… pero siguen ahí. Parece que la televisión decide el tiempo de duelo que le dedicamos a una guerra… turbios tiempos, Wineruda.

      Gracias. Un fuerte abrazo, amigo. Cuídate.

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  8. medios de comunicación al servicio de, siempre les hubo y seguirá siendo así, distintas plataformas, etc. Pienso en los cuentos de Perrault, bien que lo fueron en su momento (más de 100 años) y aún hoy les repetimos sin detenerse que hay detrás de ellos (La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura francesa, Robert Darnton). En cuanto a la platea, también siempre están los que optan por no salir en la foto, en general se repiten claro que a veces han sido sujeto que motiva a la cámara, quizás por eso eviten figurar. Pienso en mi país, casi 200 años como tal, un algodón entre 2 cristales, qué pasaría si a uno se le da por ... y el otro se hace el distraído, qué sería de nosotros. Quizás por eso mismo es que todas las veces apelamos al derecho, no se trata de política, la que no deja de ser otro estadio de la guerra.
    de aforismos lamentablemente sabemos.
    Finalmente decir que en todos los órdenes los casos que se salen de la norma no deben tratarse como si estuvieran dentro de la campana, indudablemente fallaremos, véanse los territorios que cayeron ante el César, véase Napoleón, ...
    la realidad es la realidad, la rueda no avanza salvo y cada tanto en lo individual.
    Muy interesante discurrir, es sano sacudir el árbol.

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    1. No te equivocas, Selva, medios de comunicación al servicio de todo tipo de intereses siempre fue lo común.. Los cuentos son contenedores de nuestra esencia en cuanto a seres humanos, o seres sociales para concretar, es bueno, como señalas, mirar el anverso y el reverso.

      Uruguay... curiosa convivencia encajonado entre dos egos desmesurados, seguro que eso se ha transformado en algún aprendizaje valioso para ustedes, los paisanos de Pepe Mújica, como se deduce de tus palabras.

      Concuerdo contigo, Selva, cuando suceden casos que se salen de la norma hay que responder de modo excepcional, pero... ¿se estará preparado llegado el momento?

      Gracias, Selva, discurrir desatasca la mente.

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  9. Pues sí, poco discurso tenemos más allá que el que interiorizamos de tanto que nos lo repiten.
    Conozco a Adan Kovacsics precisamente por la editorial Acantilado. Leí su magnífica traducción de La calma, del húngaro Atilla Bartis. No sé por qué se me quedó el nombre de este traductor.
    El lenguaje nunca es fiel a la realidad ni siquiera cuando intenta serlo, así que entiendo esa impotencia que tan bien expresa Ingebor Bachmann. Lo vergonzante es cuando se utiliza para manipular la realidad y manipular así también al ciudadano. Y lo triste es saber que grandes literatos, por diversos motivos, se han prestado a ese juego. Recuerdo el lamento de Stefan Zweig, al que mencionas en esta entrada, al respecto en su libro de memorias El mundo de ayer.
    Afortunadamente la literatura también es muy útil para adentrarse en un discurso más fidedigno, como nos cuentas que estás haciendo, pues es muy cierto eso de que de aquellos barros, estos lodos. Incluso a veces sin pretenderlo se pueden desprender reflexiones sobre la realidad presente en libros (incluso de ficción) en los que no se buscan. Precisamente en una de mis lecturas más recientes, una novela distópica escrita en los años sesenta, me he encontrado un escenario de fondo de control informativo y conflicto bélico; y sobre otra, ambientada mira tú por donde en la capital de Irak, termino la reseña que aún no he publicado mencionando la prostitución de las historias que actúan de mercenarias y que de tanto transmitirse convierten la mentira en verdad.
    Una entrada y un tema muy interesantes y muy oportunos (lo triste es que podrían considerarse siempre así). Me alegra que la hayas rescatado.
    Un abrazo

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    1. Por lo general, se prefiere que nos den el discurso ya empaquetado, pues eso supone mucho menos esfuerzo mental, y vivimos tiempos en los que el esfuerzo de pensar más allá de lo que nos sueltan unos y otros desde la tribuna, u otros gurús de la actualidad, cotiza a la baja.

      Ingeborg Bachmann planteó un debate interesantísimo, ¿verdad? cuando uno quisiera llegar más allá de lo que le posibilita el lenguaje, las palabras, y se frustra ante la imposibilidad de la empresa, es un meollo de gran altura intelectual, propio de personalidades como la de Bachmann.

      Como decía por arriba, a veces las contingencias de la vida le llevan a uno (llámese Zweig o Bachmann, a tomar decisiones que, a buen seguro, no serán del todo comprensibles para el resto, solo para ellos quedarán las verdaderas razones de su proceder.

      Las influencias europeas de Rusia han sido, y son, muy notorias en el recorrido de la historia, esas lecturas que menciono sobre la realidad rusa son muy, muy interesantes y reveladoras para observar con más precisión y criterio su presente.

      Esperaré con mucho interés tus entradas al respecto de las lecturas que mencionas, amiga Lorena.
      Un abrazo, y gracias por estar.

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  10. Estimado, les invito a releer el Congreso de Viena, 1814 si la memoria no falla. Línea de tiempo: los territorios de Estados Unidos ya habían alcanzado la independencia plena del Imperio británico, el sistema de gobierno elegido fue la democracia (las polis, Grecia), la América del Sur aún peleaba en distintos frentes por su independencia de los reinos de España y de Portugal, Brasil ya asomaba imperial, Francia, la gran derrotada, finalizada la revolución, retornada la monarquía y con un Napoleón encarcelado, aún así era necesaria en esa mesa, así lo intuía Metternich y Casltreagh, y no estaban mal, Francia fue, es y será Francia, representada nada más y nada menos que por la inteligencia del príncipe Maurice de Talleyrand, la Rusia de Alejandro I (en la corte del zar el idioma era el francés, también en GB), una España afortunadamente infelizmente representada por Pedro Gómez, Portugal bien. Un congreso cuyo objetivo primario era el del equilibrio del poder y no menos importante la legitimización de la monarquía como sistema de gobierno. Así nace Polonia bajo la egida de Rusia pero con algún grado de autonomía, un tapón, poco tiempo después aparecería Bélgica, también tapón. 200 años después diría que esto yo la lo leí. El apetito es el mismo.
    Uruguay es un caso muy particular, no es obvio, obtenida la independencia a través de un pacto preliminar, la gran tarea fue crear el concepto de nación, tarea compleja si a poco de andar el censo arrojaba que se trataba de un territorio habitado 50% por descendientes de españoles (criollos) y 50% por extranjeros migrantes económicos de una Europa empobrecida. Respecto del expresidente que nombras temo defraudarte diciéndote que estoy en la vereda de enfrente de lo que representó a mi país. Adhiero al sistema republicano, a la democracia, a la sana alternancia de partidos políticos fundacionales.
    Es bueno instalar la reflexión, mérito tuyo, una cosa trae la otra y las castañas caen. Sdos.

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  11. La alternancia en el poder de los partidos políticos es fundamental, síntoma de salud democrática, aunque con los achaques endémicos de todo sistema (pero no comparable a otros gobiernos que vemos por ahí...).

    Pues deseo de corazón larga paz, que continúe, a tu bello país, y a todos, por utópico que sea mi deseo, por soñar que no quede.

    Feliz domingo, amiga Selva.

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  12. Una reflexion para la que no han pasado los años Paco, no cambiamos y los medios quizá son otros pero persiguen lo mismo.
    Desde luego aturde esa avalancha de informaciones, de opiniones de los que saben y de los que no saben, de los que cuentan "la verdad", el uso de fake, megalomaníacos con poder, manipulaciones por ambos lados y siempre pierden los mismos, aquellos a los que a nadie importan y que por desgracia son la inmensa mayoría.
    Es sobrecogedor ver la grandilocuencia y la inutilidad de tantos gestos que nos hacen sentir un "poco mejor" y creyendo que se hace algo aunque los que pueden hacer saben que realmente no se hace nada (estoy pensando en esas camisetas con el no a la guerra de los parlamentarios europeos) pero da igual porque la ciudadanía cada vez piensa menos.
    Un beso

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  13. La inmensa mayoría de los medios de comunicación son, de facto, instrumentos de corporaciones económicas, y muchas veces actúan más como lobbies económicos, y la información parece mera escusa.
    Ahora estamos en tiempos oscuros, amiga Conxita, y no saldremos mejores de esta, lo de siempre...
    Beso, gracias por tu presencia y cuídate.

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