P. Castillo

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jueves, 7 de febrero de 2019


Triunfo sin fin…



Sí, yo siempre iba con el Coyote.







De ahí que soñara una y otra vez con poseer un artefacto de la marca ACME





Me impactaba ver los variopintos embalajes y cajas apareciendo de la nada en el inhóspito desierto, atravesado velozmente por el Correcaminos, ¿tal vez en Arizona? Por allí hay coyotes.




Y el Correcaminos, bip bip, objeto de deseo inalcanzable para el hambriento Coyote. Un desierto por medio, y al final un abismo por el que se precipita el Coyote. Todo muy filosófico.

Volviendo a los cachivaches.

Más que los detonadores y proyectiles, que también tenían su aquel, me atraían las catacumbas para plantarme en un plis donde fuera, o esos patines aeropropulsados para salir disparado del cole al concluir la jornada.






Luego crecí y, movido por un sutil influjo, empecé a llenar mi casa de grandes cajas y embalajes. Procedían de una famosa compañía sueca de muebles y decoración.


Seguramente llegué a ellos al constatar que habían convertido el mantra de aquella mítica marca yanqui, que tan lustrosa quedaba en el desierto, en un sello de identidad, siguiendo los pasos del viejo maestro:

“Móntelo usted mismo”. 




Y eso removió mi imaginario infantil.

Eso sí, era yo quien tenía que desplazarme a por estos artilugios, por lo común a sitios distantes, pero muy representativos del presente; las grandes superficies comerciales.

Éstos también son desiertos de nuestros días, cuya agresiva presencia y trampas camufla con pérfida habilidad ese tótem sagrado llamado modernidad.


Foto de Paco Castillo


Bueno, me puse manos a la obra con eso de “Móntelo usted mismo”.

Cómodas, armarios, mesitas de centro, librerías…

Cuando lo hacía sin errores, el artilugio me duraba el canto de un gallo. Cuando lo hacía mal, los he tenido a perpetuidad, feos y torcidos, pero en pie, ¿?

Esto terminó por fulminar mi antiguo sueño infantil, se me cayó de las manos.

Y derivó en la búsqueda de otro tipo de manuales de montaje.


Fotos, Paco Castillo, biblioteca particular

Comencé a leer  libros de instrucciones diferentes, lo que me resultó fácil pues ya los tenía en casa. Me fijé en los autores que habían escrito los manuales más completos y fiables. Sus nombres eran CervantesUnamuno, Dostoievski, Proust, Baudelaire, Kafka, Victor Hugo etc, etc. Escribían directrices sobre la condición humana, sobrellevar la existencia y todas esas tonterías que tanto me entusiasman.












Y el desafío que representa convivir con la Tragedia tampoco lo eludieron…





...por muy miserables que fueran los míseros de solemnidad.



Los había que, en un alarde de genialidad, nos presentaban un catálogo para manejarnos bien con la crítica social a través de la Comedia.







Incluso algún autor, contraviniendo la tendencia a despistar con los títulos, no se andó con rodeos y publicó una obra llamada “La vida instrucciones de uso”, de un tal Georges Perec.


Foto internet



Ana María Matute igualmente nos exponía puntos precisos de lo que hallaríamos en estos singulares catálogos:





Me gustaron mucho, pues no me hacían construir nada manualmente.

Sin embargo, paradojas, no paraba de hacer construcciones mentales y eso me dejó desubicado en un principio, luego me acostumbré y acabé cogiéndole el punto al asunto.

Al final compruebo que uno, el famélico can, y otros, aquellos escritores, acaban dándose la mano.

El Coyote y los protagonistas de Dostoievski, por citar uno, son almas gemelas.

Eternos perdedores.






Por eso tienen su fascinación. Me caen bien el cánido y el ruso.


Esto me viene que ni pintado para meter de sopetón a Rafael Nadal. Además es mi blog, siempre leo y escribo lo que se me antoja.

También me cae bien el tenista.

Cuando parece que sus triunfos adquieren visos de eternizarse, que su domino es incontestable, surge alguien y le inflige una dolorosa derrota.

Entonces le preguntan sobre ello.

Y con una expresión de sincera hulmildad, dice:





“El rival fue mejor. Así es la vida.”


Es una respuesta perfecta. “Así es la vida”.

Respecto al Correcaminos... nunca he sido capaz de empatizar con su triunfo sin fin.






Y en todo caso, ni lo intento… corre demasiado.




Eso es todo amigos, volveremos...






Eh, y si no me levanto, ponedme este Wake me up (Despiértame) de Eivør con esa voz prodigiosa, no he visto cosa igual. 
No falla.




12 comentarios:

  1. Yo también prefería al coyote, como Rick, de Casablanca, siempre me han gustado las causas perdidas cuando realmente lo están.
    Cuando era muy joven e iba mucho al monte, teníamos siempre en la boca lo de "marca ACME", aunque añadíamos, "tipo PILSEN" y la verdad es que ya no recuerdo por qué. Bobadas de la eterna alegría de los veinte años.
    He leído la mayoría de los libros que nos muestras, algunos en la misma editorial. Se ve que hemos tenido muy similares instrucciones de vida y probablemente eso es lo que hace que terminemos coincidiendo por estos lares.
    Me ha encantado tu entrada.
    Un beso.

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    1. Así es, Rosa, parece claro que la mayoría simpatizamos con las causas perdidas... y la del Coyote es de las más perdidas, jaja.
      ¡Qué gracia lo de tipo PILSEN! jiji, me has hecho reír. Bobadas deliciosas, añado, aquellos años mozos donde la risa era una compañera frecuente, luego, sin ser del todo conscientes, parece que uno va reprimiéndola, en fin.
      Sabía por haberte leído que has sido, y eres, una gran lectora de los clásicos, así que esperaba la confluencia, y me agrada mucho esa sintonía, sin duda buenas "instrucciones de vida".
      Gracias por tus palabras, amiga Rosa.
      Un beso

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  2. Veo que también soy del club de de las causas perdidas, siempre iba con el coyote aunque ya sabía que nunca iba a ganar al Correcaminos.
    Aunque no me gustan los manuales de instrucciones, sí me encantan los que nos señalas, algunos los he leído y otros me quedan por leer y más de uno creo que con la distancia y la experiencia que dan los años, esperan una relectura. Cuando pienso en los libros, los veo siempre desde el agradecimiento por todo lo que me han proporcionado, todo lo que he disfrutado y lo que me han hecho vivir.

    Me ha gustado tu entrada y claro que sí, es tu blog y dices y haces lo que quieres.
    Me pareció un gran comentario el de Nadal después de ser "apabullado" por Novak Djokovic (que estuvo espectacular e intratable) y sí, saber reconocer lo hace aún más grande.
    Besos

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  3. Pues ya veo que el Coyote va molando más, era de esperar. ;)
    No puedo estar más de acuerdo, amiga Conxita, hay que estar eternamente agradecidos a los libros, nos dan muchísimo, incluso me parece que nos hacen mejores.

    Nadal es un ejemplo de la actitud que todo gran deportista debería mostrar. Sería interesante saber si lee, pero con una carrera tan exigente,y su mente tan concentradaen el tenis, pues no sé, la verdad.
    Besos,gracias :)

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  4. Tu biblioteca particular tiene algo de Ikea. Vamos, que yo me metería en ella y no saldría hasta recorrerla entera; solo que, mientras en el Ikea estaría loca por buscar la salida, de tu biblioteca no me iría ni loca y me detendría en cada estante con deleite. Surtido catálogo de instrucciones de vida y de montajes mentales tienes.
    Un abrazo

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    1. Lorena, no andas desencaminada, mis librerías son de Ikea, jeje.
      Para quienes adoramos los libros, detener la mirada en una estantería repleta de ejemplares es algo irresistible.

      Creo que lo primero que hago cuando voy a casa de alguien... es observar a ver si tiene una librería, no puedo evitarlo.
      Un abrazo!

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  5. Muy interesantes, como siempre, las propuestas de lecturas que nos haces. Te confesaré un secreto: no he conseguido finalizar la lectura de ese libro con lomo rojo. Y eso que está sobrado de calidad.

    Me inicié en la lectura con tebeos - ahora llamados cómics - novelas del Oeste, del Coyote - cómo no - del FBI, Zane Grey y después la literatura de la Edad de Oro, siglo XIX y las generaciones del 98 y del 27...Hoy sigo encontrando a estos clásicos mucho más interesantes en todos los sentido que a los más contemporáneos...

    Me encantan los espacios con estanterías atiborradas de libros. Lástima que no todos los que conviven bajo el mismo techo tengan los mismos gustos...Eso depara alguna que otra controversia.

    Ni viviendo 200 años, a razón de 8 horas diarias, tendría tiempo para leer los libros que vengo coleccionando. ¿Tiene sentido acaparar más de lo que puedes digerir? Me temo que no...

    Mantengo la afición por coleccionar libros, pero ahora hago uso de las nuevos artilugios que permiten ocupar su memoria con muchos títulos: e-book, iPad, móvil...

    No me olvido de cómo se quedaba de pasmado Don Alonso de Quijano cuando leía frases como la mítica. "La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura"...

    Un abrazo, Paco

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    1. Luis Antonio, ¿te refieres al de Proust? Supongo que es así. Tampoco yo he terminado la serie entera se "En busca del tiempo perdido", tal vez lo haga más adelante, no estaría mal.

      Ay los tebeos, qué estupendos momentos me han dado, mi infancia no se entiende sin ellos, eran las "tablets" de entonces, jiji. Algún libro de Zane Grey tengo por casa.

      Como lectores estamos hechos de la misma pasta, prefiero buscar en aquellos clásicos. Se me resisten los nuevos formatos lectores, sigo necesitando el tacto de un libro en mis manos, y sí, lo de coleccionar más y más hay que ir dejándolo, poco a poco, como el tabaco.

      Jaja, magnífico tu final con el bueno de Alonso Quijano.

      Un fuerte abrazo!!

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  6. Pasado el tiempo, descubrí en mi ciudad, bueno mi pueblo, una fábrica que se llama ACME, existe y está en un lugar en el que pasé yo mi infancia, lo cierto es que no sé qué fabrican, y trabajan amigos mios allí, pero nunca he querido enterarme, porque sería acabar con la posibiliad de que...
    :)
    un abrazo
    cuídate

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    1. ¡¡Menuda casualidad!! Esa fábrica ACME... pues sí, mejor que siga en una nebulosa, no vaya a ser que...
      ;)
      Un gran abrazo, amigo Wineruda. Cuídate.

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  7. Paco! Qué magnífico post has colgado! Yo también me he criado con esos mismos dibujos animados. Podrás imaginar que gran parte de Sudamérica se identifica con el Coyote ese famélico 'perro que aúlla', al decir del irlandés Colum McCann. Aunque, por otras razones, me he convertido más en el Correcaminos.
    Aquí, la importadora Riverside es 'ACME Agency'. Por otro lado, nuestro centro comercial donde te dan las instrucciones para hacer tus muebles lleva el nombre de 'Easy'. Mi primo ha hecho varios muebles, que le han quedado bastante bien; carecen de buena terminación, pero zafan y son económicos.
    En cuanto a los libros en estanterías, sólo cuento con una biblioteca de cedro que habitan mis volúmenes profesionales -ciencias exactas- y la mitad superior de un cristalero en el living; el resto, se halla en cajas de cartón numeradas. En un cuarto de 2,3 x 3 m, donde además está el escritorio, la biblio y la PC no hay espacio suficiente para los más de 3000 volúmenes que atesoro. Y no me mudo a una propiedad más espaciosa, porque creo que si los despliego en sendos anaqueles dentro de alguna habitación, y los acompaño de los CDs y el audio, pues... no salgo más de allí!
    Gracias por tan buena combinación, chaval!
    Un fuerte abrazo.

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    1. Así es, Marcelo, estos dibujos los han disfrutado varias generaciones... yo creo que el Coyote sigue teniendo más entusiastas, como apuntaba Rosa; solemos tener simpatía (¿o será compasión? por las causas perdidas.
      Tienes unos cuantos libros, que duda cabe... ya te imagino como Montaigne, encerrado en la torre de su castillo, disfrutando de su biblioteca y mirando con desdén ese mundo un tanto errático.
      Tu mente científica se pone de manifiesto en tus comentarios lectores; precisión y concisión, aíslas e identificas las variables fundamentales con una facilidad admirable, ya quisiera yo tener ese don, amigo mío ;)
      Gracias a ti, campeón!!

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