P. Castillo

Safe Creative #1802170294390

domingo, 25 de septiembre de 2022

 

Romeo y Julieta fugándose en Amazon Prime…


Permitidme que vaya saboreando un café (solo, sin azúcar) mientras voy contando lo que sigue.

Quería aparecer sobre el metafórico cadáver de este inmisericorde, abrasador verano, después de poner unas margaritas resecas, marchitas, encima de la tumba simbólica donde yace, sin oraciones, sin pena alguna.

Perder de vista esos cielos oxidados, sucios y terrosos por la calima sahariana.

Desaparecí en primavera. Ya es otoño.



Viviendo cerca del campo, no sería raro que sobre vuestras cabezas se posase alguna hormiga de alas estos días de bruscos chaparrones, que dan paso a un sol radiante y cielos despejados, es entonces cuando miles de ellas se entregan al ritual nupcial surcando los cielos; sí, vuelan buscando copular.

De ahí que en mi caminata campestre observara una caótica coreografía aérea, pues bandadas de tordos, gorriones, verderones, urracas y otros pájaros se entregaban ansiosos al proteínico festín en estas mañanas septembrinas. Hay aprovechar cualquier oportunidad a las puertas del otoño.



Dichas hormigas también deambulan por la tierra, parecen borrachas desplazándose vacilantes, tanto es así que basta agacharse frente a un charco para constatar la tragedia… decenas de hormigas sobre el agua, muchas, ya sin vida, flotan suavemente entre espigas resecas y  pétalos de flores estivales que arrastró la tormenta.






Ya no hay nada que hacer...


Otras sin embargo mantienen todo el vigor del que son capaces, agitándose desesperadamente para llegar a la orilla y salvarse.

No puedo evitarlo… tiendo en el agua mi palma, como si fuera el barquero “Siddhartha” (novela de Herman Hesse) cruzando a los peregrinos de una orilla a otra. Encima de mis líneas (esas que según los videntes llevan escrito el destino) recalan aquellas que aún tenían fuerzas para vivir. 



Las he dejado en tierra firma y han hecho eso; buscarse la vida.

No obstante, en cuanto a los machos hormiga, el tiempo para buscársela será efímero, morirán a los pocos días de haber copulado. No así las hembras, con una andadura mucho más larga; ellas sentirán los primeros frescores otoñales, sobrevivirán a las escarchas y heladas invernales, probablemente las alcanzará la catarsis primaveral aún despiertas… es el guión que les ha repartido la Naturaleza.

Pero siempre acontece el acto final. Unos y otras, inevitablemente, llegarán al término del camino.

¿Qué creación viva fue diseñada para la eternidad?




Aspirar a ella es nuestra condena y gloria al mismo tiempo.

Una hormiga de alas vive poco, aunque en la libertad de una existencia sin disquisiciones.

Yo vivo muchísimo más, pero encarcelado por mis pensamientos, reo de esas aspiraciones imposibles que han nutrido a la buena poesía. La Naturaleza va contrapesando todo, a ellas y a mí.

Podemos empeñarnos en exhibir nuestros logros, monumentos y grandezas, pero todo acabará sepultado por los hielos, enterrado por los barros en gélidas estepas, como refleja William B. Yeats:




Por cierto, este socorro a las hormigas ya lo hice meses atrás con renacuajos ante el preludio de un dramático desenlace… pero lo dejaré para otra entrada.

Según las normas del buen naturalista, no debemos alterar el orden sobre el terreno, pero a veces me permito ciertas licencias, y ya no me veo como persona, sino un animal más, como un ser vivo que se une a otro en una especie de alianza por la supervivencia.

Tal vez esas hormigas fuesen el alimento de algún mirlo, pero viendo como estaba el panorama, sé que el mirlo, o la urraca, o la abubilla tendrán bastantes más ocasiones al margen de perder ésta, no hay más que mirar alrededor.

Por el contrario, si yo no brindo esta acción salvadora a las pocas afortunadas, no existirá un nuevo amanecer para ellas, ya no habrá más oportunidad.


Aunque lo mejor me esperaba al final...


Estando ya prácticamente en la linde del campo, a punto de abandonarlo, y aproximándome a una apartada urbanización de suntuosos chalets, veo llegar una furgoneta de Amazon Prime a las lujosas viviendas, advierto que el mensajero, sin bajarse del vehículo, me lanza una furtiva mirada, sin enojo, más bien nervioso…

Sus ojos amerindios escrutan los alrededores, como si desease no encontrar un alma en el lugar, y efectivamente no la hay, excepto quien esto escribe. 

Repentinamente sale una chica de rasgos latinoamericanos, igual que el mensajero de Amazon (de hecho, parecidos a los de mi mujer, peruana para más señas), y entiendo ipso facto aquel mirar angustioso del muchacho.

Aquel joven mensajero no iba a entregar nada... pero recibiría todo.

Sabedora de que su enamorado arriesga el sustento contraviniendo una norma fundamental de la compañía, la joven sube rauda a la furgoneta  y, con la misma fugacidad, se besan en los labios abandonando ambos aquel lugar donde las hormigas aladas copulan en el aire, y acaban muertas en charcos llenos de pétalos…




Quise tranquilizar al muchacho aparentando total indiferencia (que en absoluto sentía) y haciéndole notar mi desinterés (pero cuánto me interesaba...) mirando a las hormigas del cielo.

No se lo dije al chico, pero sí  a mí mismo en conversación imaginaria con él:

-Tranquilo chaval, gustosamente haré mutis por el foro, el gigante Amazon no sufrirá un  descalabro económico porque uno de sus empleados (seguramente mal pagado), lleve a su chica hasta la parada más próxima…

No te inquietes, no apuntaré la matricula ni llamaré a Amazon, me has regalado una bella historia, no permitiré que mañana haya dos cadáveres flotando en un charco, moviéndose juntos, suavemente, entre pétalos y unas pocas alas que ya no vuelan.-


Todas las fotografías realizadas por Paco Castillo

Y así voy acercándome a casa, tratando que el recordatorio de comprar unas manzanas que pidieron mis hijas, no saque a empujones el pensamiento de esta escena shakesperiana.

Apresuro el paso en esta mañana de septiembre, quiero llegar a mi escritorio y contar como este Romeo y Julieta del S. XXI salieron veloces custodiando su amor en una furgoneta de Amazon Prime…

Bien pensado, tenía que haber apuntado la matrícula, y así responder a esos formularios de satisfacción del cliente:

 

¿Qué tal le pareció la entrega?

 

Y yo, reteniendo en la mente la escena del mensajero y su novia, cual Romeo y Julieta en tierra de nadie, pero besándose bajo un cielo de todos, añadiría, sin más:

 

La entrega me ha parecido TOTAL…


Secuencia de Romeo y Juieta (1968), dirigida por Franco Zeffirelli (me versión preferida)...






31 comentarios:

  1. "Todos los monumentos y glorias del hombre se habrán desvanecido", extraigo la cita de ese inquietante y hermoso texto de Yeats... Todo menos ese beso apasionado en la furgoneta de Amazon Prime en un día tras un bochornoso verano en que tu observas la mortandad de hormigas voladoras, el cadáver del perro que te encuentras en el camino, la ceremonia de la cópula, mortífera para el macho, y unes el estado de tu espíritu al estado y la sorpresa de las cosas. Sea esto el devenir, como este comentario que se enreda en meandros tal como tu escrito, sensual y divagante, porque no parte de un recorrido sabido de antemano sino que va construyéndose al azar de los hallazgos del camino hasta que surge, evohé, el estallido conceptual que articula toda la historia sin hilvanes, el beso amazónico, tan grande, tan fluido como la corriente del gran río que esta vez en su delta lujurioso, se hace carne en dos cuerpos jóvenes que se desean y el que escribe, recuerda las metafóricas furgonetas en que hubo besos acechados, besos consentidos, besos anhelantes de eso que acompaña nuestras vidas del nacimiento hasta la imagen poética de Yeats que nos lleva a la eternidad y a la nada.

    Abrazo de alas y caminos sorprendentes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuánto dice la gran poesía con tan pocas palabras... que reveladora resulta cada una de ellas, llevan en potencia el todo y la nada de lo que somos, me gusta leer poesía, es como un modo sublime de hacer filosofía, pero más reveladora aún que ésta, aunque la filosofía me atrae mucho, sin duda. Bueno, la novela tiene también esa capacidad que menciono, pero yo la veo un peldaño por debajo de la poesía... solo es mi punto de vista, pero es el que a mí me vale.

      Es cierto, comienzo a escribir, sé el punto de partida, pero el trayecto posterior es como circular en una carretera secundaria, no sé bien lo habrá en cada curva, lo que se presentará, las carreteras secundarias son sinuosas, a veces imprevistas, al contrario de una autopista, en donde uno conduce casi de modo automático, en largas rectas en donde ya parece que está todo visto, al alcance de la vista mucho antes de llegar al destino, yo cuando escribo suelo circular en carreteras secundarias, solitarias, como las que he frecuentado por ciertos parajes de la Sierra de Gredos, sin ver un alma.

      Fue un bonito encuentro, aunque el mensajero no lo viese así, eso segurísimo, pero el género humano es fascinante y repelente al unísono, por suerte yo contemplé lo que posee de fascinante... al menos para mí, y sabía que algo tenía que escribir sobre esto, y que irían saliendo las palabras, ¿qué palabras saldrían?, ni idea, pero ya saldrían... las hormigas aladas me hablan de historias, no me hablan claro, es solo que yo las veo, veo como todo eso; hormigas, el mensajero y su novia, Romeo y Julieta fluyen en una misma corriente, se convierten en una sola cosa, y sencillamente empiezo a escribir, ignoro si esto es una técnica o no, tampoco me importa, escribo sin más, hasta que llego a un punto y me digo: me parece bien así, punto final.
      Jaja, no espero que esto haya quedado muy claro, pero es mi modo de hacerlo, cuando lo llevo al blog habrá a quienes les guste y a otros tantos que no, amigo Joselu. La verdad es yo escribo lo que a mí como lector me gustaría leer (esa frase la dijo Ignacio Aldecoa, y me parece muy acertada para mí).

      El cadáver del animal no es un perro, sino un conejo, me encuentro siempre alguno cuando voy a caminar por el campo, en verano es cuando más conejos muertos me encuentro (sequías, más escasez de alimento, por tanto más enfermedades y muerte). No es algo que me agrade ver, pero está ahí y me enseña algo, me hace pensar... en el campo la vida y la muerte sin solución de continuidad, conviven en extraña armonía, todo eso me enseña, me lleva a pensar en determinadas direcciones, eso es caminar por el campo, transitar entre lo bello de la vida y el vacío de la muerte, y sobre eso escribo, escribo de mis caminatas en el campo, pero al final es una gran alegoría sobre lo humano, esa sería una bueno lectura de lo que escribo, aunque lo haga de mariposas y saltamontes... siempre hay algo más, le toca al lector descubrirlo, que no tiene por que ser lo que yo piense que puede descubrir, y será igual de válido y verdadero.

      Un fuerte abrazo, estimado Joselu.

      Eliminar
  2. Muy buena la analogía entre las hormigas voladoras y esa pareja de enamorados cuyo amor sellado en un beso es custodiado por una furgoneta de Amazon. Vete a saber si ese amor no vaya a ser tan efímero como la vida de las hormigas macho tras la cópula, pero, en cierto sentido, tu interés disimulado lo ha hecho eterno.
    Me gusta el otoño. Auguro un bello escenario para tus habituales paseos. Me gusta también que el otoño te haya traído de vuelta.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, amiga Lorena. Como le comentaba a Joselu, a base de observar y observar en mis caminatas campestres (pero no solo en el campo), percibo muchas interconexiones, observar es una acto que nunca me deja indiferente, hasta en el más insignificante detalle hay algo enigmático, incluso en lo aparentemente irrelevante subyace algo grandioso y revelador, así lo vivo yo al menos, y luego lo cuento como sé.
      Qué bello es el otoño... ¡y qué ganas de disfrutarlo, ya era hora con este calor condenado!
      A mí me gusta tu compañía.
      Un abrazo, Lorena.

      Eliminar
  3. Ahhhh, si Amazón supiera que ha servido de mucho más que para entregar cosas físicas. Ha entregado también metafísica, cuestiones no cuantificables, sentidos que no pueden contarse, medirse o colocarse, sino es por un sentimiento que es, afortunadamente para los no positivistas, inmedible.

    Cuanto me alegro de leerte y de ver tus fotos. Desconozco por cierto el nombre de la flor, pero me ha gustado cantidad.

    Un abrazo muy, muy fuerte desde otros páramos quizá no tan bellos, pero llenos de esa misma esperanza, no lo dudo, que han depositado los amazonianos que nos has traído a colación

    Cuidate ¡
    salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me encontré la escena de los "amazonianos", y supe que ahí había algo que contar, yo venía con otras cosas en la cabeza; las hormigas de ala, el campo seco y sediento, comprar unas manzanas a mis hijas (jaja), pero todo empezaba a encajar en el momento de ponerme a escribir, era como ir cazando palabras al vuelo (como el vuelo de las hormigas).

      La flor es una Anchusa azurea, se la conoce mucho como "lengua de buey", hay muchas en los campos que frecuento, especialmente en primavera, son preciosas.
      Una alegría también tenerte por aquí, querido Miquel.
      Salut!!

      Eliminar
  4. ¡Hola!!!
    cuanto echaba de menos tus reseñas campestres..., ha sido mucho tiempo desaparecido en combate, jeje, que bien que estés de vuelta.
    es verdad que hay días que se ven muchas hormigas voladoras por todas partes (en la bici cómo me descuide me entran en la boca, me las como), aunque últimamente ya no las veo.
    Te diré que yo también sucumbo a la tentación de ayudar a bichos varios vivientes, cualquier bicho en apuros me da pena (a veces incluso desvío mi trayectoria si ello es posible en la bici para no pisar y aplastar filas de hormigas), aún sabiendo que interrumpo el orden natural sobre el terreno.
    Que bonita la historia de la parejita esa viviendo su amor en la furgoneta de Amazon, esta vez habiendo realizado la entrega de forma satisfactoria, jeje
    Ahora llegan días de campo preciosos, en el otoño que esperemos sea lluvioso, cuatro gotas que han caído nada más y ya La Casa de Campo se ve más verde, no tan seca
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ayy amiga Marian, cuánto tiempo escondido, ¿verdad?

      Reconozco que cuando va acabando el invierno, y los días oscuros y cortos van cediendo a los más luminosos y largos... el tiempo de estar sentado en el ordenador, frente al blog, mengua considerablemente, luego es verdad que me cuesta bastante retornar al blog, cuánta más larga es la ausencia, más complicado me resulta, pero aquí estoy.
      Sí, la Casa de Campo comienza a estar más verde, ufff, es que hemos tenido un verano insoportable, y además con la sequía y los terribles incendios, joder... no ha faltado nada de lo malo.

      Me complace comprobar que somos varios los que tendemos la mano a algún bichillo en apuros, no sé... es algo que te sale del alma, sin más.

      La escena de la pareja fue un colofón perfecto, encima a las puertas del otoño... ¿Cómo no iba a volver al blog con una historia así, Romeo y Julieta huyendo en Amazon Prime?

      Eso, disfrutemos del otoño, después de este verano hay muchísimas ganas... se palpa en el ambiente.
      Besos, querida Marian.

      Eliminar
  5. Me gusta tu forma de empezar la entrada, ya nos predispones a leer algo entrañable con esa taza de café en la mano.

    El verano se ha ido, con sus luces y sus sombras, llega el otoño y nos aclimatamos a otro tipo de vida. La hormiga de alas también sigue el ritmo de las estaciones y sus depredadores lo celebran, la vida nunca se para, ese milagro sucede todos los días aunque no solemos reparar. mucho en él. Yo también intento salvar a cualquier "bichito" que cae en un líquido por si tiene aún deseos de vivir, a veces veo con satisfacción que se recupera, otras no, no puedo evitar tratar de darle esa oportunidad aunque el desenlace ya no es cosa mía. La ley natural nos dice que simplemente debemos dejar que las cosas sucedan sin intervenir, pero también pienso que apoyar la vida no puede ir en contra de la ley ancestral.
    Logros y grandezas son efímeros como comentas, pueden se un buen empujón en la vida pero al final son etapas, nada más.

    Al final comprendo el título de la entrada, Romeo y Julieta te esperaban al final del recorrido. Yo habría hecho lo mismo, fingir indiferencia para no preocupar al joven por presenciar uno de esos momentos bellos que nos regala la complicidad de enamorados.

    Tus fotos como siempre, ilustran bien tus palabras y el video es precioso, el amor en los ojos y en la palma de las manos, y en un beso que es imposible de contener, una maravilla!!

    Buena jornada, besos!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es muy grato saber que lo que escribes gusta a otra persona, que de algún modo conecta contigo, que esas palabras escogidas también te hablan a ti de una manera concreta, a cada uno nos hablan diferente, pero acaso nos hace sentir parecido, no es extraño... tú sientes que debes salvar a un bichillo, como yo mismo lo siento, hay algo enigmático (por invisible) que nos acerca, no hace falta saber qué es, basta sentir que es así, puede haber una explicación para cada cosa, para cada movimiento de la vida, pero a veces siento que no me hace falta conocerla (la explicación), sucede, y lo vives, lo merodeas con el pensamiento tal vez, no importa la explicación, importa vivirlo.
      Muy lúcida tu reflexión sobre lo de ir en contra de la ley ancestral, me encanta esa manera de verlo, Ana.

      Romeo y Julieta tenían que ser el final, la verdad que ellos (los personajes literarios) fueron el FINAL, así en mayúsculas, murieron el uno por el otro, acaso no hay entrega ni prueba más grandiosa que esa. La breve escena del video es bellísima, me transmite esa idea que te acabo de comentar respecto a los dos enamorados.
      Al mensajero y su novia no sé el futuro que les espera, pero ese momento ya es suyo para siempre, ese beso fugaz y tal vez temeroso, ese momento permanecerá, sino en ellos, lo hará en mi recuerdo.

      Beso, amiga Ana.

      Eliminar
    2. Hola Paco, yo pienso que las personas estamos más conectadas de lo que se cree y cuando hablamos o escribimos con naturalidad es fácil darse cuenta de que no somos tan diferentes.
      Sobre esa ley ancestral, espero que algún día seamos conscientes a nivel general y cambiemos de mentalidad. Hoy por hoy somos dados a intervenir sin miramientos sobre la vida animal por ejemplo, como si considerarse el dueño de una vida ajena fuese algo tan natural. Si a nivel de personas interferimos a menudo (y con buena intención) parece que hay carta blanca para el resto de seres vivos.
      Pero bueno, no creo que haya verdades absolutas y siempre podemos hacer excepciones, me gusta que encuentres lúcida la reflexión del comentario anterior.

      Besos.

      Eliminar
  6. Se te echaba de menos por estos pagos, Paco. Me ha encantado tu entrada de hoy: la belleza efímera de las hormigas aladas, tan poco frecuentes de ver salvo en esta época; ese volar de pájaros, cada vez menos frecuentes, (parece que estuvieran desapareciendo) en busca de sustento; tu empeño en disminuir su ingesta a base de salvar la vida a las hormigas, yo tampoco puedo resistirme a salvar vidas siempre que puedo aun contraviniendo a la naturaleza (pero ¿acaso no formo parte yo también de la naturaleza?). Y para finalizar esa ley también contravenida del conductor de Amazon encontrándose con su pareja y llevándola, vete tú a sabe dónde, jugándose su propio sustento.
    No te hagas esperar tanto. Ya ves que por aquí nos encanta leerte.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  7. Muchas gracias, Rosa, con este recibimiento poco o nada puedo pedir.

    Lo efímero es una palabra que aparece mucho en mi escritura, no es extraño que así sea, pues mis paseos en el campo no dejan de mostrarme lo efímero que es todo; la vida que brota en primavera y que se marchitará en verano, un polluelo de golondrina muerto en la orilla del camino... la sensación de vivir las estaciones del año a toda velocidad cuando uno observa a sus hijos crecer. Pero, como he sugerido en otros comentarios, no hay que sucumbir a la idea de lo efímero, ni a la de eternidad, la vida hay que vivirla a cada instante... mañana puede que no sea posible, quien sabe. En el campo lo observo siempre, lo veo entre las flores, o en los árboles, en los insectos, es una forma de ver la propia vida, la que vivimos entre personas; nada es ajeno bajo el mismo mundo, aunque uno vaya arrastrando su cuerpo por el suelo, si se es un escarabajo, y otro vaya andando a dos piernas, si es un humano. Ser vivo uno y ser vivo el otro bajo el mismo mundo, eso mismo, nada es ajeno.

    Muchas gracias, querida Rosa, me hace feliz encontrarte.
    Beso.

    ResponderEliminar
  8. Construccion, Chico Buarque.
    un gusto saber de ti, sdos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, amiga Selva. Me gusta Chico Buarque.
      Encantado de tenerte por aquí.

      Eliminar
  9. Estimado Paco, insisto.
    Esa canción sintetiza lo que nos cuentas cambiando el fondo, esta es una mirada 100% urbana. Vivir como si fuese el último, morir a contramano entorpeciendo el tráfico:

    Amó aquella vez como si fuese última
    Besó a su mujer como si fuese última
    Y a cada hijo suyo cual si fuese el único
    Y atravesó la calle con su paso tímido
    Subió a la construcción como si fuese máquina
    Alzó en el balcón cuatro paredes sólidas
    Ladrillo con ladrillo en un diseño mágico
    Sus ojos embotados de cemento y lágrimas

    Sentóse a descansar como si fuese sábado
    Comió su pan con queso cual si fuese un príncipe
    Bebió y sollozó como si fuese un náufrago
    Danzó y se rió como si oyese música
    Y tropezó en el cielo con su paso alcohólico
    Y flotó por el aire cual si fuese un pájaro
    Y terminó en el suelo como un bulto fláccido
    Y agonizó en el medio del paseo público
    Murió a contramano entorpeciendo el tránsito

    Amó aquella vez como si fuese el último
    Besó a su mujer como si fuese única
    Y a cada hijo suyo cual si fuese el pródigo
    Y atravesó la calle con su paso alcohólico
    Subió a la construcción como si fuese sólida
    Alzó en el balcón cuatro paredes mágicas
    Ladrillo con ladrillo en un diseño lógico
    Sus ojos embotados de cemento y tránsito

    Sentóse a descansar como si fuese un príncipe
    Comió su pan con queso cual si fuese el máximo
    Bebió y sollozó como si fuese máquina
    Danzó y se rió como si fuese el próximo
    Y tropezó en el cielo cual si oyese música
    Y flotó por el aire cual si fuese sábado
    Y terminó en el suelo como un bulto tímido
    Agonizó en el medio del paseo náufrago

    Murió a contramano entorpeciendo el público

    Amó aquella vez como si fuese máquina
    Besó a su mujer como si fuese lógico
    Alzó en el balcón cuatro paredes flácidas
    Sentóse a descansar como si fuese un pájaro
    Y flotó en el aire cual si fuese un príncipe
    Y terminó en el suelo como un bulto alcohólico
    Murió a contromano entorpeciendo el sábado.

    Sdos.

    ResponderEliminar
  10. Memento mori, memento vivire. Sabio consejo estoico.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es un mensaje bello e inquietante al mismo tiempo.
      Gracias, amiga Selva.

      Eliminar
  11. Buen accionar, el salvar, hasta el mas pequeño ser

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un gran aprendizaje a partir del más pequeño ser.
      Gracias por la visita, Iván.

      Eliminar
  12. Todos los elogios que te hacen los comentaristas son merecidos. Imagino que te animarán para seguir adelante con esas entradas tan "curradas" y tan ricas en contenido. Ahí va mi enhorabuena, maestro. Y un abrazo

    ResponderEliminar
  13. Vuestras palabras siempre son un estímulo, sin duda.
    Gracias, querido Luis Antonio.

    ResponderEliminar
  14. Me confundí de sitio y lo puse en la entrada anterior, supongo que son la 1 y 30 y no debería estar escribiendo con el móvil....

    Decía que:
    Siempre he pensado que el amor como lo concebimos actualmente no deja de ser un refrito de creaciones literarias, musicales y cinematográficas. ¿Qué existió antes la sensación de estres o la definición de ese estres? ¿Las cosas son o las reconocemos o las descubrimos estando o sin estar o hay una suerte de efecto placebo inverso? Nunca me han gustado los poemas de amor porque me parecen superactuados, como esas malas series de hospitales o policias en las que se ve el micrófono o la sangre luce como la purpurina y los actores parecen modelos mirando vacas. Sí, esas. 😕😉

    Para no dejar este sabor cínico en el ambiente, y como en los malos programas de televisión que buscan que veas wl siguiente programa porque habrá sorpresas. Te digo, Paco, que he leido un libro en el que me dije, esto a Paco le encantaría, le estaría aconpañando durante mucho tiempo. Bueno a ti, y por otras razones a la uruguaya que aparece por aquí 😀. De tal modo que cuando los astros se cuadren y venza a mis fantasmas, a ver si público el comentario sobre las poesias completas(prosa poética) que son profuda y absolutamente maravillosas. Te encantarán sobre todo por lo que cuentan.
    ¡Ah! Ya sabes lo pesado que soy con las recomendaciones y fobias 😉 sáltate al viejo alemán hablando del joven Buda y mira a una escritora india , Gitta Mehta, que escribió la maravillosa y enraizada Sutra del rio. ( Y ya en otro plano la malhumorada y perspicaz Karma Cola)
    Gracias Paco
    Me alegró leerte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tengo problemas últimamente para comentar/responder desde el móvil , a ver cuando llegue a casa.

      Eliminar
    2. No sé que ocurre últimamente con los comentarios en los blogs, de hecho intenté comentar tu entrada hace una semana o así, y me salía un aviso de error a la hora de intentar publicarlo... en fin.
      Me he acordado mucho de ti, apreciado Wineruda, supongo que estarías esperando los días nublados y frescos para caminar por ahí... o leyendo a uno de esos poetas marginales, soberbios, que parecen cobrar nueva vida contigo, y nosotros tenemos la suerte de conocer gracias a ti.
      Conozco tu rechazo a la poesía sobre el amor, o el sentimiento amoroso tal cual, sé que a ti te gustan otras sendas poéticas muy alejadas de eso.
      Sea como sea, el affaire amoroso Romeo y Julieta me fascina, pues la fuerza de su amor se nos revela en la tragedia de su muerte... y al final Shakespeare logra lo sublime, hacerlos inmortales, magnífico, esa muerte de los jóvenes enamorados tiene mucha fuerza poética.

      Ya me tienes intrigado con lo del libro, mira que eres jodío... ;)
      Me apunto a esa escritora india, ya sabes que me fío cono los ojos cerrados de tus recomendaciones.

      Yo me alegro un montón de verte por aquí, respiro aliviado...
      Cuídate, Wineruda, las gracias te las doy yo.

      Eliminar
    3. Por cierto, aquí las hormigas voladoras salen en julio, en dias de tormenta.😃

      Eliminar
  15. He visto hormigas aladas. Todo es ya otoño.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Pedro, parece que me lees el pensamiento... ayer venía de caminar por el campo, estuvo nublado todo el día, con alguna lluvia dispersa y el ambiente fresco, yo venía musitando eso, justo eso... ya es otoño, y tenía prisa por llegar a casa para escribir sobre dicha sensación. Al final me puse a hacer la cena a mis hijas... y se me olvidaron casi todas las palabras con las que arrancar mi escrito.
      Gracias por venir. Un abrazo.

      Eliminar