P. Castillo

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miércoles, 11 de agosto de 2021

 

Mis libretas, y otras cosas…




 

Estoy leyendo muy poco en estos últimos y convulsos tiempos, pero no me preocupa, todos transitamos por ciclos variables en la vida, y se deben afrontar con toda la templanza que nos sea posible, y si algunas cosas se contraen… otras se expanden.

Vivimos en ese vaivén, nos contraemos pero luego nos expandiremos, somos olas a merced de la bajamar y la pleamar, subimos y bajamos, bajamos y subimos…


Foto de Paco Castillo, Asturias.

 

El ejemplo del mar me parece una acertada metáfora sobre nosotros; las olas pueden borrar un corazón que dibujaste pensando en alguien, deshacer un nombre que escribiste sobre la arena, en definitiva arrastrar tus recuerdos a las profundidades, y en un momento inesperado te entrega una caracola que ha recalado junto a tus pies, te la acercas al oído y escuchas el susurro marino, que no es otra cosa que escuchar tus silencios, sí, esos mismos que vuelcan a tu memoria recuerdos distantes que salen a flote, emergiendo de aquellas profundidades. 

Escuchar a la caracola es como recordar un viejo cuento que te contaba tu padre, o tu abuela, es regresar a tu raíz tirando de un sutil hilo enredado en tu alma. Así es, la caracola te llama como las sirenas a Ulises, es una suerte de reminiscencia que te cita con tu “Alma primitiva”, tal cual escribiera Lucien Levy-Bruhl, y que vengo catando, sorbo a sorbo, despacio.




"(...) la mentalidad primitiva piensa y siente a la vez todos los seres y los objetos como homogéneos, es decir, participando de una misma esencia o conjunto de cualidades. Lo que más le interesa no es disponerlos en series de clases, de géneros y de especies netamente distintas las unas con respecto a las otras, correspondientes a una cadena de conceptos (...). Intenta ante todo desgajar (...), por mucho que esto nos parezca extraño a nosotros, las disposiciones benéficas u hostiles de esta esencia."

Alma primitiva, Lucien Levi-Bruhl

Decía que no me preocupaba cruzar ese desierto lector (ahh… todos tenemos algún desierto que atravesar), la explicación es sencilla; siempre que mi mirada se aleja de los libros se refugia en el campo, en la contemplación de sus acontecimientos, sean majestuosos como el ocaso tras las montañas o apenas perceptibles como una mariquita encaramada al junco, y para mí observar es un alimento vital tan nutritivo mentalmente y poderoso (a veces más) como leer.


Por los Andes peruanos, foto Paco Castillo


 

Foto, Paco Castillo

Si acudo al campo es porque apenas recalo en el mundo virtual, no poseo eso que llaman "redes sociales", exceptuando el blog que para mí es un grato rincón, las únicas redes que me entusiasman son las telarañas adornadas con el rocío, o con gotas de lluvia, que habréis visto ya en mis fotografías.


                                    Foto, Paco Castillo

Yo ansío lo físico, el sentir mis pies pisando la tierra del campo, oler y tocar, escuchar y mirar la vida que allí acontece, también el drama de la muerte; el otro día presencié el desagradable episodio de un gazapito (cría de conejo), agonizando en sus últimos instantes de vida. De todo aprendo, todo me enseña y nutre mis pensamientos. Ese es un tiempo de calidad. Algunos creen que caminar por el campo y observar lo que te rodea, solo, con calma, sin hablar con nadie,  es como… no hacer nada, y sin embargo es cuando más me empleo, cuando los sentidos están más radiantes y despiertos, y no abotargados de ir aturdido en el metro, de transitar entre mil estímulos urbanos… escaparates, semáforos, atascos en el coche, el ruido de los bares, perdido entre trámites burocráticos, gentes corriendo a las rebajas, o a coger un sitio en un cacho de playa, o absortos en una pantalla de móvil deambulando por la ciudad como autómatas, etc, etc. No es que aborrezca la ciudad, con ello me refería a las grandes urbes, en donde impera más la hostilidad que la serenidad, casos aparte son otras perspectivas de ciudad con enorme encanto como Toledo, Segovia, Santiago de Compostela o la antiquísima Cádiz; ¿quién no se perdería en sus callejuelas con gran placer?

¡Zasss! de repente toda esa megaciudad se va al carajo, estoy muy lejos del cemento y el hormigón a gran escala, mis ojos persiguen a una mariposa monarca, tal vez estoy acercándome a unas genistas en donde revolotean abejas, o admirando a unos murciélagos haciendo sus acrobacias bajo una imponente luna llena.


                                    Foto, Paco Castillo


Y mis libretas.






No falta oportunidad en que me lleve una a caminar. Del mismo modo que no concibo la lectura sin una a mano.

En verdad las he usado en todo tipo de situaciones y escenarios; en el hospital como acompañante o paciente, en las esperas del colegio de mis hijas, escribiendo en un tren noruego rumbo a las montañas de Telemark y tomando notas sobre los pasajeros noruegos… porque iban todos descalzos y tomaban vasos enormes de café en un solemne silencio. O sentado en el cesped de Central Park mirando a los neoyorkinos y demás turistas, como yo, pasar ante mí. En fin, no pocos países están metidos entre mis libretas.

Escribiendo en ellas, recuerdo algunos momentos con especial nitidez. Por ejemplo cuando anotaba impresiones de “La escalada” novela de Ludwig Hohl (1904-1980). Y no tanto por la novela, que también, sino por el paisaje que me rodeaba; zigzageando por las imponentes moles de los Andes peruanos, cuando atravesaba en un interminable viaje en bus la región de Cajamarca, admirando su grandiosas montañas apuntaba notas sobre la lectura.

No sé hasta que punto reflejaba lo que me sugería la lectura… o las inmensas montañas que nos circundaban y hacían al bus, y a todos los que estábamos dentro, tan ínfimos.

Algunos de mis apuntes, impresiones, sobre La escalada:

"Asistimos a una conversación íntima con aquello que más aman los escaladores, la cumbre, palabra con una caprichosa ambivalencia metafórica; para los “escaladores” que pretenden ascender en el escalafón social y financiero, cumbre es sinónimo de poder económico y estatus social. Para los escaladores que intentan coronar el pico nevado, la cumbre es el lugar definitivo donde sentir la soledad de todo y de todos. Cada uno busca sus cumbres." (Paco Castillo)


Leyendo “La escalada” en la Cordillera Andina, Perú. Foto, Paco Castillo


No existe mayor resignación ante la muerte que la de un montañero, y no es claudicación, sino aceptación, pues reconocen con humildad que frente a la Montaña son muy poquita cosa. 

La intensidad de sus vidas radica en lo cercana que siempre tienen a la muerte, he ahí la fascinante paradoja que los configura.

O que decir de mis notas sobre la puertorriqueña Rosario Ferré, allí mismo en su tierra, Puerto Rico… asomado a un hermosísimo camposanto custodiado por el mar del Caribe.


Puerto Rico, foto de Paco Castillo


Decía en mi libreta que su escritura, entre otras cosas, es como un aguacero caribeño, y hay que dejarse empapar, sentir las gotas (las palabras) surcando tu piel.

U otras palabras que me surgían junto a un faro asturiano, leyendo a Sten Nadolny en el Elogio de la Lentitud (acercamiento novelado a la vida del marino John Franklin, el peculiar capitán del mercante HSm Terror).

"J. Franklin, la vida discurre ante sus ojos con una lentitud que exaspera a quienes le rodean y demasiadas veces a él mismo, pues no es de lento proceder por voluntad, sino por naturaleza.

(…) de cadencia relajada en su forma de estar en este mundo, en el hablar, en responder, en pensar, en reaccionar, en reír, en llorar… incluso en besar.

Esto le irá obligando a asumir los acontecimientos y resolver las vicisitudes de la vida con una actitud como mínimo especial.

Al fin y al cabo, ¿Quién se detendría, noche tras noche, hora tras hora, minuto tras minuto, a contemplar las estrellas y trazar mapas mentales en sus equidistancias?" (Paco Castillo)


El faro asturiano de Cabo Vidio es un buen lugar para leer “El elogio de la lentitud”. Foto, Paco Castillo

En mis libretas, en definitiva, conviven títulos de libros, impresiones literarias, pensamientos cazados al vuelo, ideas, momentos de inspiración, esas notas de campo, y que sé yo...






Y termino ya, dejándome aún muchos aspectos variopintos registrados en mis libretas, os dejo con unas impresiones que escribí en Perú, y aunque tenía en esa ocasión unos libros de Julio Ramón Ribeyro y César Vallejo junto a mí, no fueron ellos los protagonistas (lo serían en su momento), sino unos amigos cafetaleros reunidos en un chamizo, esperábamos a que escampara un diluvio universal que se abalanzó sobre nosotros. Entre trago va y trago viene de cañazo (aguardiente de caña) que yo evitaba como buenamente podía, saqué mi libreta, igual que Johnny tomó su fusil, y me puse a escribir…

 

Autorretrato, Cesara, Perú, 2015

"Una magnífica lluvia tropical repiquetea con gran estruendo sobre los techos de calamina, el golpeteo violento me hace pensar en una catástrofe inminente.

La angustia que a duras penas puedo disimular contrasta con la indiferencia absoluta de los allí presentes, atrapado entre una sucesión interminable de cumbias (género musical latinoamericano) que se reiteran más allá de lo soportable en la melodía y letra:

 

 ♫ (…) mi amor nunca ya tendrás, ya nada te consolará… (…)  

 

Y por supuesto un trago de cañazo, aguardiente peruano, por aquí y por allá, para los compadres no hace falta un motivo de celebración previo por el que mojarse el gaznate, se toma… y luego ya se buscará.

Y es muy probable que mañana suceda lo mismo, igual que dentro de dos meses, y tal vez siga ocurriendo 30 años después.

Es como si el futuro no tuviese potestad para escribir un relato diferente a estas gentes, nada ni nadie descompone la escena, pues no conceden ni una mínima oportunidad a que un tiempo inexistente altere las melodías y letras de sus cumbias… "

 

 “♫ ♫ (…) me duele sentir tu ausencia

me mata la soledad

me hace falta tu presencia (…) ♫”

 

Cumbia de Corazón serrano

 

 

 

Paco Castillo, Cesara, Perú, sábado 3 de octubre, 2015.

 

35 comentarios:

  1. "un escrito rebosante de lúdicos pormenores", sienta bien.

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    1. Agradecido, amiga Selva, me apunto ese entrecomillado, lúcido y revelador.
      Un abrazo.

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  2. La lectura reposada de tu texto, acompañado de reflexiones y fotografías de distintos países se caracteriza por la lentitud en su discurrir discursivo que da tiempo al lector para aposentarse y disfrutar con las palabras y las imágenes. E inmediatamente he relacionado tu texto con el que estoy leyendo Un episodio en la vida del pintor viajero de César Aira que aborda la vida de Johan Moritz Rugendas (1802-1858) que fue un pintor paisajista y etnográfico, influido por Alexander Humboldt, que viajó largos años por gran parte de América Central y del sur -México, Brasil, Haití, Chile, Perú, Bolivia, Argentina, Uruguay) tomando apuntes y pintando miles de obras que reflejaban la fantástica geografía americana. Uno de los países que representó fue Perú, antes de la aplicación de la fotografía o cuando esta era muy incipiente, sus obras ayudaban a reflejar el paisaje vivo y lleno de intensidad. No me cabe duda de que visitaría los Andes peruanos por su grandiosidad. Y, por supuesto, dichos apuntes, tomados en el curso de viajes de años en que se detenía durante horas para captar un paisaje o la vida de los indios. Me fascina Rugendas en un tiempo sin tecnología, anterior a la fotografía, en que practicó, como tú, el viaje etnográfico, para pintar, nunca mejor dicho, sus impresiones de la naturaleza y de la vida.

    Hermoso texto, leído sin prisas, en que el lector tiene mucho que aprender.

    Un abrazo.

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    1. Dices bien, Joselu, escribo pensando en una lectura reposada, quizás porque va un poco en mí, mi carácter sereno, lejos del histrionismo.

      Sumamente interesante ese título que apuntas de César Aira sobre la vida de Johan Moritz; pintor que desconocía, y lo hace doblemente interesante, más si cabe por su periplo sudamericano, recuerdo que hace tiempo también estuve buscando una buena biografía sobre A. Humboldt, otra personalidad que me interesa mucho.

      Los Andes peruanos son majestuosos, y por supuesto te incitan a pensar, filosofar, reflexionar, o como quiera que ocurra.

      Pues sí, son muchos años tomando notas a pie de calle, campo, países, etc, esa inclinación por escribir sobre lo que me acontece casi diría que me es innata, ya desde muy pequeñito escribía historietas inventadas. Tendré en cuenta a Rugendas, desde luego.

      El viaje físico siempre lo complemento con el viaje interior, que surge de la escritura cuando cuento mis vivencias viajeras o existenciales, ambas en realidad, porque una no se entiende sin la otra.

      Tú me lees con la visión (interior y exterior) del gran viajero que eres, se nota...

      Hermoso compartir textos con aquellos que me leen.

      Un fuerte abrazo, amigo.

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  3. Preciosa entrada que he dejado para responder hoy, dado que la vi ayer reflejada en el portal del bloc.

    No sólo el texto es bello, lo son las fotos que le acompañan. Una entrada dulce en un bloc amable y apacible. Se agradece.
    Un placer leerte, de verdad. Y un placer leer a JOSELU y a SELVA.

    Un abrazo y que sigas disfrutando y escribiendo.
    Salut

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    1. Gracias Miquel, lo positivo de tardar tanto en publicar es que me esmero todo lo posible cada vez que aparezco, que menos con vosotros de lectores.

      Seguiremos, al ritmo que sea, escribiendo por aquí mientras haya algo digno de contarse.

      Un fuerte abrazo y salut!

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  4. Me ha encantado esta entrada. Yo nunca he atravesado un desierto lector. Sí que he tenido épocas en las que leía menos porque el estudio o la crianza me restaban mucho tiempo, pero siempre he empleado mi tiempo libre (más o menos) en la lectura. Tuve una época, mientras estudiaba mi carrera, en que también empleé mucho tiempo el mis salidas al campo y a la Naturaleza. Sigo haciéndolo, pero mucho menos porque la verdad es que me gusta mucho más leer. Los mundos que encuentro en los libros no los encuentro en ningún otro sitio. Puede que sea vivir de forma vicaria, pero me satisface.
    Me encantan tus libretas y lo que escribes en ellas. Yo procuro escribir poco porque mi letra es espantosa y afea cualquier soporte. Lo que sí hago es subrayar sin pudor ni remordimientos.
    Disfruta de este verano que tan ajeno nos está siendo en el Norte (¿estás en Asturias?).
    Un beso.

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    1. Gracias, Rosa. Yo sí he tenido mis sequías lectoras, esta no es la única, eso sí, hasta el punto de dejar de leer completamente nunca, pero sí lo mínimo. Leer me gusta muchísimo... pero aún más estar en el campo, eso para mí está por encima de la lectura, sin dudarlo un instante.
      Las libretas son como unas compañeras del camino, allá donde vaya están ellas.
      Lo bueno es que no pierdas el contacto con el campo, por donde vives lo tienes fácil ;)

      Sí, estaba en Asturias... recién llegado a Madrid con la ola de calor... cachi en la mar.
      No sé si tu letra es fea, como dices, pero expresar te expresas de maravilla.
      Un beso, Rosa.

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  5. Ahora acabo de encontrar este apartado. Quizás me repita, pero tus textos e imágenes me agradan, me enseñan y me hacen reflexionar. Es un lujo acceder a los mismos.

    A veces conviene atravesar el desierto para valorar el mar en lo que cabe...

    Un abrazo, Paco

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    1. Agradecido por lo que dices, más cuando viene de alguien que maneja tan bien la palabra como tú, amigo Luis Antonio.
      Tienes toda la razón en lo de atravesar el desierto...
      Un fuerte abrazo.

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  7. Estimados, comparto con Uds. lo que para mí es un placer escuchar y mirar.
    Se trata de la entrevista que el Arq. Mariano Arana, connotado profesor de Historia del arte de la Fac. de Arquitectura de nuestra universidad de la república, alcalde de Montevideo por 2 veces, ministro de ambiente y presidente de patrimonio, realizó en 1990 al Ing. Civil Eladio Dieste, mejor conocido como Señor de los ladrillos. Viene a cuento porque por estos días las Naciones Unidas eligió a la parroquia del Cristo obrero diseñada y construida por el Ing. Dieste por los años 50 como patrimonio de la humanidad.
    El Ing. Dieste es el creador de una técnica constructiva de estructuras laminares de doble curvatura en ladrillo armado, cáscaras muy finas de color rojizo extremadamente esbeltas.
    La entrevista tiene que ver con el Hombre, dos personas cultas que nos cuentan de la vida.
    http://www.fadu.edu.uy/eladio-dieste/entrevista/

    Pasarlo bien.

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    1. Muchas gracias, Selva, por la recomendación que parece de lo más atractiva, me interesa la arquitectura (a mí me encanta Alvar Aalto por su vinculación con la Naturaleza), seguro que lo disfrutamos.
      Un abrazo.

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  8. Buena colección de libros y escritos. No te preocupes, de vez en cuando es bueno levantar la vista para mirar lo que tenemos delante. Agosto es un buen momento.

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    1. Así es, Pedro, me tomo las cosas con serenidad, uno no está para echarse más preocupaciones extra a la espalda. Gracias, amigo.

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  9. Ciertamente, Paco, cada uno tiene sus propias cumbres que alcanzar y sus desiertos que atravesar.
    Me ha encantado que hayas compartido tus anotaciones en tus libretas con nosotros (mucho mejor coger la libreta que el fusil, dónde va a parar). Realmente es admirable tu capacidad de observación, así como lo que te transmite lo observado y las reflexiones a las que te lleva. No tires nunca tus cuadernos, Paco. Serán un tesoro para tus hijas o para cualquiera que tenga la fortuna de encontrarse con ellos.
    Un abrazo

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    1. Sí, pienso que las cumbres son muy variables a lo largo de la vida, uno no se fija en las mismas cumbres a los 20 años que a los 50. Y los desiertos ahí están... desiertos y oasis van apareciendo en el camino.

      Creo que de tanto caminar por el campo y detenerme en lo que me rodea, me ha convertido en buen observador, desde lo diminuto a lo grande, y he aprendido bastante con tales experiencias, son momentos que me llevan a la reflexión y me enseñan a cuestionar lo que hay, a no dar nada por sentado.

      Lo de "Johnny cogió su fusil" era un guiño a una de las grandes novelas antibelicistas que se han escrito (Dalton Trumbo, su autor).

      Espero conservar mis cuadernos, ya son parte de mí, y claro, ojalá puede conservar a lectores como vosotros.

      Gracias, Lorena.
      Abrazo!

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  10. Como me gustará indagar en tus libretas, estoy segura de que aprendería mucho de ellas. Esos paseos por el campo deben ser una delicia por todo lo que te ofrecen (yo valoro mucho el silencio).

    Abrazos!!

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    1. El intercambio de aprendizaje, de conocimientos y modo de interpretar los libros leídos, es un valor indiscutible de los blogs, algo que me hace seguir, de momento, aquí.
      Sé que te gusta el silencio, como a mí.
      Gracias, Laura.
      Abrazo!!

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  11. ) me duele sentir tu ausencia

    me mata la soledad

    me hace falta tu presencia


    MARAVILLOSO COMO ESCRIBES

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    1. Agradecido por tus palabras, Recomenzar.
      Y gracias también por la visita.
      Un abrazo!

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  12. Te leo eres como un libro abierto Para mi ser blogger es algo diferente
    puede ser cualquier tópico pero corto rápido facil de leer Escribir asi resumiendo lo que se siente no es fácil Mil abrazos guapo

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    1. Así es, Mucha, conozco tu blog, tienes un espacio muy sugerente.
      El mío, como ves, está en otra onda, somos hábitats diferentes, y se encuentran cosas diferentes.
      La diversidad es lo estimulante, también en la blogosfera por supuesto. Cada uno con su sello distintivo, fuera la endogamia.

      Un fuerte abrazo, apreciada Mucha ;)

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  13. ¡Querido Paco!!
    releo tu post por segunda vez (me encantan las cosas que nos cuentas sobre ti y tus hobbies) y fíjate que estaba convencida de haberte dejado por aquí algún comentario y veo que no (a veces me pasa, jeje, que se me olvida darle al "publicar")
    Yo nunca he tenido un desierto lector, una sequía lectora, si te soy sincera (y no porque me fuerce, es que necesito tener un libro siempre entre manos, no concibo la vida sin un libro, aunque también tengo otros hobbies y disfruto por ejemplo saliendo a hacer deporte con la bici recorriéndome La Casa de Campo), lo único que sí tengo a menudo son abandonos literarios, cada vez me cuesta más engancharme a los libros, los empiezo, si no me agarran bien a sus páginas ahí los dejo. Supongo que influye en ello el hecho de currar en una biblio y tener acceso a tantos y tantos libros. Aún así es algo que me da rabia y cuando consigo engancharme y disfrutar de algo es como una fiesta.
    En fin Paco, que creo que no hay que obsesionarse (como algunos, se que no es tu caso) si se pasa por épocas en que se lee poco y más en tu caso que lo suples con el campo, centrándote más en él, creo que lo que hay que hacer es disfrutar los momentos, leyendo o con cualquier hobby que nos haga feliz Y está claro que la observación de la naturaleza te hace feliz y no sabes como te comprendo y que lo anotes todo en tus libretas (mi marido cuando sale al campo también lleva cuadernos de campo, aunque él solo anota los pájaros y demás fauna que va viendo)
    Yo, la única red social que tengo es Instagram, pero te cuento que no la tengo para el blog, la tengo en modo privado con mis amigos, blogueros cercanos con los que ya tengo cierta confianza y familia (si alguna vez te decidieras a tenerlo, estaría guay que compartieras tus andanzas campestres, pues búscame), y allí comparto algunas vivencias y las pelis y series de televisión que veo y que me gustan.
    Un beso!!

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    1. Los que tenemos La Casa de Campo a un tiro de piedra somos muy afortunados, es un lugar al que tengo mucho cariño y conozco cada rincón, tanto por caminar, ir corriendo o en mtb, un sitio ideal.

      También abandono algún libro, el tiempo es escaso y hay que aprovecharlo al máximo. Mis sequías lectoras no significan que deje de leer radicalmente, eso nunca me ha ocurrido, pero sí un acercamiento bajo mínimos, leer muy poco en un largo periodo, durante meses. Por supuesto las libretas, anoto mis impresiones literarias, pensamientos cuando camino, observaciones en el campo, etc, etc. Me parece genial esa afición de tu marido, compartimos la pasión por los pájaros y la naturaleza.

      Yo solo tengo el blog, y no, no estoy nada decidido a tener instagram y las demás, no me apetece nada, es lo que hay, amiga Marian, fíjate que al blog no le dedico tanto tiempo... Y aún así me digo que me resta tiempo de estar por el campo!

      En todo caso, disfrutemos el momento, es lo más inteligente que podemos hacer.
      Un beso!

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    2. ¡Hola Paco! hoy, en mi ruta en bici por la casa de campo, se me ha ocurrido que igual un día podíamos quedar con las bicis en algún lugar dentro (la verdad es que me la conozco enterita, y como dices que vives cerca y has nombrado la mtb...). Yo suelo salir tres días por semana.
      SI te apetece mándame un WhatsApp (creo que tenías mi teléfono, yo al menos sí tengo el tuyo) y si no, un email y vemos

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    3. Hola Marian.
      Pues sería genial salir con la mtb algún día, la cuestión es que tengo que hacer una puesta a punto total de mi mtb... Lleva un año y medio parada, a la intemperie, justo la dejé un poco antes de la pandemia, y hasta ahora.
      Ya te contaré por email, creo que no tengo tu contacto al cambiar de móvil.
      Beso!

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    4. ¡Hola de nuevo!
      yo tengo una bici de esas mixtas (mitad mtb mitad paseo, me resultan más cómodas) que me hace el papel. Me la regalaron en el postconfinamiento y como no tenía demasiadas ganas de volver a apuntarme al gym (necesito hacer deporte varias veces a la semana), pues me vino genial, teniendo la casa de campo tan cerca y además porque la bici siempre me gustó mucho y es genial hacer deporte al aire libre rodeada de campo. Así que empecé a recorrerla y a conocer sus caminos permitidos para las bicis.
      Sería genial quedar un día y dar una vuelta (yo suelo salir por las mañanas entre semana, pero si eso te viene mal, que es muy probable, algún sábado por la mañana que te venga bien, yo suelo salir todos, los domingos ya se pone impracticable con tantos ciclistas).
      Otra posibilidad sería, si sueles pasear allí, quedar en un punto, yo acudiría con la bici donde me digas, y charlamos un rato. Como prefieras
      Pues lo dicho, si te animas, mándame un email y te doy el teléfono (yo tengo el tuyo si no lo cambiaste)
      Beso!

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  14. Hola Paco leerte ha sido como disfrutar de un paseo por el monte, escuchando a la naturaleza a ratos y en otros el silencio, sin miedo a sentir.
    En mi caso el desierto no es de lecturas sí de escritura, no tengo el ánimo para escribir y prefiero pasar la mayor parte del tiempo al aire libre. Este verano he disfrutado de larguísimas caminatas descubriendo caminos sin gentes y escuchando nuestros pasos al hacer camino al andar, eso sí en compañía de mi perro que también ha descubierto lo maravilloso que es corretear por el campo.
    La lectura y la escritura me han acompañado siempre pero también es cierto que ha habido épocas de mi vida en las que he leído muchísimo menos pero tampoco me preocupó porque como un buen amigo sabia que allí estarían mis ganas y los libros dispuestos a recuperar el tiempo perdido.
    Me ha encantado leerte querido amigo, disfrutar de tus letras pausadas, de tus reflexiones y me ha gustado imaginarte en tus paseos con libreta y libro a mano y por supuesto esas fotos que combinan grandes pasiones como lectura y naturaleza y que nunca falten.
    Un abrazo enorme

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    1. Sé que la escritura es una actividad a la que has dedicado mucho tiempo y pasión, pero estamos en un periodo en donde el ánimo no deja de fluctuar, es difícil para todos, y si te fijas han caído un buen número de blogs (han dejado de publicar) desde que comenzó la pandemia.

      Caminar fuera del bullicio, acompañada de tu perro, es una extraordinaria manera de serenar la mente y el espíritu, y seguro que te ayuda a relativizar muchas cosas... y haces ejercicio, que no es una cuestión menor, para mí la actividad deportiva es algo fundamental, he sido deportista desde pequeño.

      Me alegra un montón tenerte por aquí, apreciada Conxita, seguimos en el camino, como suele decirse.

      Cuídate mucho y un abrazo enorme.

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  15. Has caminada bastante hermano.Y también has escrito mucho

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    1. Sí, he caminado lo mío. Caminar y escribir son alimento para el alma.
      Gracias por tu visita, estás en tu casa, Alí.
      Saludos.

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  16. Hola, Paco. Pues reitero lo que ya han dicho otros amigos al leerte, el sosiego que transmiten tus palabras, quizá acentuado porque en estos momentos escucho Let´s Get Lost de Chet Baker, que es como otro elogio de la lentitud pero en música.
    Me fascina sobre todo el episodio de Perú, cuando estás refugiado de la lluvia, con el licor rondando y la cumbia a todo trapo, pero a pesar de todo lograr refugiarte en tus notas.
    Como tú, no creo que caminar y contemplar la naturaleza, lo grandioso o lo minúsculo o efímero, sea perder el tiempo. Es más bien una forma de vivir más intensa, quizá primitiva y por tanto más auténtica, como en la nota que transcribes del libro de Levi-Bruhl.
    Un detalle que compartas esos apuntes, tan personales, con los que te leemos.
    Espero que con el otoño inminente regrese el hábito lector y si no, pues sigue compartiendo esos retazos de tus viajes por el mundo.
    Un abrazo.

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  17. Viniendo de España es fácil que en el Perú vivas más de una situación extraordinaria... Aunque a ellos les parezca de lo más normal. Y por supuesto, me faltan libretas para narrar lo que me acontece allí, jeje.
    Caminar siempre es una fuente de inspiración para mí, y además es saludable.
    Me gusta el otoño, y creo que me cunde más en cuanto a lecturas, los veranos leo muy poco, con mis hijas bregando todo el dia no hay tiempo ni ganas, necesito un ambiente más sereno.
    Cuídate, amigo Gerardo.
    Un fuerte abrazo.

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