MADRID – ASTURIAS – PUERTO RICO… La familia y unos libros.
Vuelta a casa, en Pozuelo, el otoño nos recibe. Adiós verano. Foto P. Castillo.
En "nuestro pueblo", Asturias, pasado verano. Foto P. Castillo
He aquí lo que dio de sí este verano que ya nos dejó, para consuelo de no pocos, seguro.
Ha sido un periplo viajero peculiar, pues tras una
semana vacacional en tierras asturianas, llegamos a casa en Madrid, para hacer
las maletas a toda prisa y volar dos días después hacia Puerto Rico. Araceli,
mi mujer, nuestra hija mayor, Izaskun de 5 años, la bebé, Itziar, de poco más
de cuatro meses (sí, fui papá a mediados de mayo), y quien escribe.
Araceli tiene parientes en “La Isla del Encanto”
como se la conoce, son unos familiares a los que está muy unida (especialmente
su tía Angélica).
Ante el requerimiento de la tía para visitarlos,
año tras año, allá que nos fuimos todos hacia finales de agosto, un par de
semanas a la casa familiar en San Juan de Puerto Rico. No teníamos previsto ir
y se decidió poco antes de partir a Asturias, su tía nos avisó de vuelos
directos a la isla con unas rebajas de precio irresistible, y teniendo en cuenta que ahí siempre tenemos la casa
disponible dijimos: es el momento.
Captando instantes en el Viejo San Juan de Puerto Rico. Fotos P. Castillo.
Típica tarde de domingo para los sanjuaneros en la pradera de El Morro.
Fortaleza El Morro al fondo
Típica tarde de domingo para los sanjuaneros en la pradera de El Morro.
Fortaleza El Morro al fondo
Adoquinado azulado original.
Faro en la Fortaleza de El Morro, S. Juan al fondo.
Fortaleza de San Cristobal. Lagarto con el mar caribeño de fondo.
Curiosamente en la isla hay una amplia colonia de
descendientes asturianos. En cualquier caso tampoco es de extrañar habiendo
sido antigua colonia de ultramar española, antes de pasar a manos
estadounidenses en 1898.
¡Madre mía! ¿Pero esto es el Caribe?
Estos destinos caribeños nunca han sido viajes
ansiados para mí, pero una vez puestos los pies en tierra puertorriqueña
reconozco que fue un flechazo, la geografía y el paisaje agreste, generosamente
poblado de un sinfín de plantas, árboles impresionantes y verdor permanente me
sedujeron al primer instante.
Mi desconocimiento ante lo que iba a encontrarme en
la isla caribeña provocaba este asombro inicial por lo que presenciaban mis
ojos. El primer comentario a Araceli fue:
“ ¡ esto es Asturias dentro del Caribe ! ”.
Bonita panorámica desde la espectacular Cueva Ventana
Distrito de Arecibo, Puerto Rico.
Araceli e Izaskun en Cueva Ventana
Viajando por el interior, valles y montañas. Fotos P. Castillo.
Bonita panorámica desde la espectacular Cueva Ventana
Distrito de Arecibo, Puerto Rico.
Araceli e Izaskun en Cueva Ventana
Fotos superiores, Bosque lluvioso El Yunque. Paco Castillo.
En la última, ahí ando bajo una espectacular caída de agua (fotografiado por Alex, nuestro estupendo guía)
Claro, cuando el interés es discreto uno no indaga mucho más allá de la consabida postal que te ofrecen los folletos turísticos; una solitaria playa de blanquísima arena abarrotada de palmeras, obviamente eso está , pero en Puerto Rico no deja de ser una pequeña representación de lo que realmente hay en la isla, bastante más que unas playas deslumbrantes. Tanto en el interior como en la costa una naturaleza casi intacta acapara el territorio, mires por donde mires el verde es omnipresente en toda su variedad cromática.
La geografía puertorriqueña me remitía al verde
intenso de los paisajes asturianos, pero además su estampa de pueblines a
medio asomar entre la bruma de los valles, de un verdor radiante, con las vacas
pastando por aquí y por allá, también estaban en el rincón caribeño.
Resulta que de espaldas a esas playas de arena fina
y blanca flanqueadas por cocoteros al pie de una exuberante vegetación, hay un
paisaje montañoso, escarpado e imponente que no esperaba, frondoso hasta decir
basta, salpicado de granjas, haciendas y pueblecitos muy coquetos que parecen
pintados con acuarela, la mezcolanza de colores que exhiben las casas, de todas
las tonalidades posibles, se asemeja en la distancia a un arcoíris desordenado
y desplomado sobre el suelo, y sin embargo queda perfectamente amalgamado en el
entorno. No falta ni sobra nada. Así es Puerto Rico.
El turismo no está tan explotado como en la vecina
República Dominicana, y algo que puede sorprender, ni siquiera es el principal
sector económico, excepto en la capital cuyo puerto marítimo suele recibir
regularmente cruceros.
Eso significa que la mayoría de su naturaleza está
libre de atropellos urbanísticos, incluso de ciudades grandes. De hecho apenas
es destinataria del turista europeo, no digamos ya del español, vienen muy poco
ya que éstos recalan en R. Dominicana, destino bastante más barato en el que,
por cuestiones de seguridad, se lleva lo de permanecer encerrado en el complejo
hotelero con “el todo incluido”. Para gustos… No es lo mío.
El turista por excelencia es el norteamericano,
recuérdese que la isla tiene el estatus de estado libre asociado a los EUA y
los puertorriqueños tienen la ciudadanía estadounidense, (aunque no pueden
votar en la elecciones si no son residentes dentro de los UEA). Así que los
norteamericanos se sienten como en casa, misma moneda y normas, amén de una
población mayoritariamente bilingüe. Pero incluso así, este turismo se
concentra en apenas dos o tres puntos geográficos de la isla y el resto, que es
grande, queda fuera del circuito guardando sorprendentes maravillas, en
definitiva tiene mucho más que El Viejo San Juan de Puerto Rico, bellísima
ciudadela, y dos o tres enclaves más.
Nosotros mismos lo pudimos comprobar ya que en esos
15 días recorrimos la isla de norte a sur, de este a oeste y de la costa al
interior. Pudimos hacerlo por la sencilla razón de que el primo, Jaime, es
propietario de una agencia turística en la capital San Juan que funciona
bastante bien (Bespoke es su agencia y ahí podéis ver que
clase de excursiones hicimos), de las pocas que no ha despedido a empleados
debido a la crisis económica, en Puerto Rico está golpeando duro, aunque yo no
tuve esa impresión… Bueno, estaba de paso, viviendo ahí tal vez sería
diferente, y en verdad la familia de Araceli hablaba sin tapujos al señalar las
grandes dificultades económicas que actualmente atraviesa esta isla.
Sea como fuere sí parece evidente que el ser y el
sentir de estos isleños fluctúa entre dos realidades o, nunca mejor dicho, nada
entre dos aguas. Estas palabras de Rosario Ferré escritas en 1986 para la
introducción de “Maldito amor” aclaran dicha particularidad, y como suele
ocurrir con los grandes escritores, definen en pocas palabras toda la
complejidad de sus semejantes, impresiones que encuentro acertadísimas:
Plaza de Armas. San Juan de Puerto Rico.
“Puerto Rico es un país de aproximadamente seis
millones de habitantes (medio millón más ahora), tres de los cuales viven en la
isla, tres en el extranjero. Los que sufren el insilio sueñan muchas veces con
una isla que no existe más que en su imaginación; los que viven el exilio
mueren soñando regresar algún día o se pasan la vida viajando entre uptown NY y
downtown SJ (es decir, desde Nueva York a San Juan de PR), habitantes de esa
aterradora tierra de nadie que sobrevuelan los aviones de Eastern y de Pan Am.
La tragedia de los puertorriqueños puede decirse que es precisamente el tener
tan cerca el paraíso, porque esto abona la falsa ilusión de poder regresar a él
cuando queramos.”
Jaime y su hermana Lynnette ( mano derecha de
Jaime, es la otra prima de Araceli) nos prepararon varios tours por toda la
isla con algunos de los guías que tiene asalariados y los portentosos vehículos
que ha ido adquiriendo durante estos años, con mucho esfuerzo… Al ser familia no
nos dejó pagar ni un tour.
Menuda suerte, por que estas excursiones no son nada
baratas, pero sí sorprendentes y exclusivas. Tiene su público, es un turista
norteamericano más bien pudiente.
Vaya bicoca con el primo Luis Jaime…. Jejeje.
Me entusiasmó el Bosque Lluvioso El Yunque, una de
las áreas que recibe mayor cantidad de lluvias en el mundo, o las Cuevas del
Indio y La Ventana en la ciudad de Camuy,
el este de Puerto Rico. Aunque si hay algo que me ha dejado uno de esos
recuerdos indelebles, también a mi hija Izaskun y Araceli, fue la Bahía Luminescente
en la Parguera.
Os cuento brevemente esta experiencia que más
parece una cosa de magia que real…
Hay unos microorganismos marinos llamados
dinoflagelados bioluminiscentes (luciérnagas marinas y otros organismos) que
originan uno de los acontecimientos naturales más espectaculares que una
persona puede vivir y presenciar, solo existen cinco áreas marinas en el mundo
(bahías, playas y manglares), que concentran estos microorganismos de forma
permanente, no estacionaria… Tres de estos lugares están en Puerto Rico, de
estos tres en la isla nosotros estuvimos en dos, el de Fajardo, con kayaks, y
la Parguera, que fue la mejor, situada en el sureste de Puerto Rico.
Después de algo más de dos horas en coche desde San
Juan, llegamos a la localidad turística de
la Parguera, desde ahí embarcamos en un
pequeño yate y navegamos unos 15 minutos hasta llegar a un manglar enorme que
se unía a una bahía. Bajo el cielo nocturno caribeño, despejado y salpicado de
millones de estrellas, nos pusimos unos chalecos acuáticos, nos metimos en el
mar y empezó la magia…
Estos seres diminutos al contacto con el movimiento
de nuestro cuerpo (u otro objeto) se iluminan, sí, igual que las luciérnagas en
la tierra pero dentro del mar, de tal forma que vas nadando entre el cálido y
calmo mar caribeño iluminado por miles de seres que se ciernen a tu alrededor,
millones de estrellas bajo el agua mientras que encima de tu cabeza te
contemplan otras tantas estrellas en el cielo… Cuesta imaginarlo.
Nunca olvidaré la expresión de mi hija, Izaskun,
mientras flotaba iluminada en el mar: “Mira papá, soy como Campanilla” (la de
Disney), me decía fascinada. Solo por volver a vivir esto, regresaría otra vez,
seguro que lo haré.
Lástima que no tomé fotos, por miedo a perder la
cámara en el fondo marino… Lo tengo todo en la cabeza. Las que os muestro son
de internet, en los mismos sitios.
Imaginad la cara de un niño flotando en ese mar... Izaskun lo vivió.
Como ya pensaréis, unos cuantos libros me acompañaron en todo este itinerario Asturias- Madrid- Puerto Rico.
Como ya pensaréis, unos cuantos libros me acompañaron en todo este itinerario Asturias- Madrid- Puerto Rico.
Museo de América, Madrid. Paco Castillo.
Asturias, (arriba en Valdredo, abajo Cabo Vidio)
Bahía Piñones. Puerto Rico. P. Castillo
Fragata peruana fondeada en San Juan de Puerto Rico.
Fortaleza de El Morro (San Felipe) Puerto Rico.
Con Imre Kertész en la Fortaleza de San Cristobal.
Al fondo la fortaleza de El Morro, despuntando su faro (P. Rico)
Mucho antes de que el viaje fuera siquiera un proyecto, por mis estantes ya había una autora boricua (puertorriqueña), sin leer, se trata de Rosario Ferré (mencionada más arriba), y su libro “Maldito amor” (Emecé, 1998), cuyo ejemplar hace años que descansaba en mi librería.
¿Qué mejor ocasión para leerlo si viajas a los
escenarios reales de la obra?
Izaskun, Araceli y la bebé, Itziar, por el Viejo San Juan
Rosario Ferré viajó conmigo desde Madrid hasta su tierra, Puerto Rico. Paco Castillo
Una vez en el Viejo San Juan, caminando por ese
coqueto adoquinado en piedra azulada de tiempos pretéritos, poco tardé en
preguntar y averiguar la existencia de una entrañable librería muy apreciada
por los lectores sanjuaneros, me refiero a La Tertulia, lugar modesto en
dimensiones pero inabarcable en sensaciones, como suele ser en estos sitios.
La fachada azulada es la librería La Tertulia. Paco Castillo
Ya dentro y ojeados sus estanterías rebosantes de
libros, me dirigí al afable Javier, el propietario, y le pregunté sobre
narrativa puertorriqueña actual y también alguna obra de largo recorrido en el
tiempo, más arraigada en la memoria de la isla, inquiriéndole sobre sus preferencias
personales me mostró, en el primer caso, a Eduardo Lalo y su “Simone”, por la
que fue galardonado en 2013 con el Premio Internacional de Novela Rómulo
Gallegos, uno de los certámenes más prestigiosos en lengua castellana.
En el segundo caso no dudó en sacarme de los
anaqueles “La guaracha del Macho Camacho”, de Luis Rafael Sánchez que a sus
ochenta años es uno de los nombres ilustres en las letras puertorriqueñas.
Javier me confesó que casi todas las tardes el escritor acude a la librería, se
sienta en alguna de las banquetas que hay, curiosea libros y conversa con el
propio Javier u otros clientes… Me entusiasman esas confidencias de los
libreros.
Frente a la librería La Tertulia. San Juan de Puerto Rico. Paco Castillo.
Fortaleza San Cristobal. Puerto Rico.
También yo le mostré mi ejemplar de Maldito amor, y
me confesó su sorpresa por desconocer tal edición (Emecé, 1998) que observó
con avidez y le agradó, me enseñó otra actual… pero me gustó más la mía.
Me arrepentí (igual que en la Bahía Luminiscente)
de no haber hecho fotos dentro de la librería,(aunque sí hice por fuera), pero tenía que reunirme con las
peques y mi mujer, que andaba unas callejuelas más atrás buscando donde degustar
un espléndido café isleño, y lo encontró.
Bueno, alguna cosa más contaré cuando hable de mis
“libros sanjuaneros”
La poesía de Hjalmarsson (y algún libro más), se ha
movido de un océano a otro, de las aguas del cantábrico hasta el mismísimo
Triángulo de Las Bermudas, que lejos de provocarme algún extraño fenómeno
después de bañarme en sus aguas, me transmitió una quietud de lo más incitadora
para leer… ¿Aunque… acaso adentrarte en un libro, llevarte fuera de tu
realidad, no tiene algo de “fenómeno extraño”?
Asturias, Cabo Vidio. P. Castillo, 2016
Playa "Ocean Beach", San Juan de Puerto Rico. 2016
Una playa a 20 minutos en "carro" en las afueras de San Juan PR.
Playa Vallina, Valdredo (Asturias)
San Juan de Puerto Rico.
Senda a la playa Vallina, Asturias.
Playa Vallina, Asturias. P. Castillo.
Seguimos en el camino...
Izaskun disfrutando en una solitaria playa caribeña, al atardecer.
Asturias, en algún sendero. P. Castillo
Hola Paco.
ResponderEliminarAunque, al contrario que tú, no soy de viajes, soy como Verne -me intento consolar con eso :)-que viaja poco con las piernas y mucho con la pluma o la imaginación. Decía, que a pesar que no soy mucho de abandonar mis lugares de confort, me ha dado envidia este recorrido en el cual se ven los que son tus lugares de confort: la familia, y los libros, Asturias y... America. No envidiaría tanto los viajes a lugares turísticos como el relato de tus momentos con personas-envidió tu encuentro en la librería-; no admiro tanto el paseo por lugares hermosos como el hacerlo con gente que quieres. No me parece tan importante conocer países como conocer personas de esos paises. Así que, sí, admiro y envidio tu viaje, y me gusta la forma con lo que lo cuentas ( y fotografías).
Un abrazo , cuídate
Pd: Hermosos nombres los de tus hijas. Vivo muy cerquita del pueblo en la montaña junto al mar y su santuario, que da nombre a la pequeña :)
Hola Wineruda.
EliminarDesde muy joven me entusiasma viajar pero admito que cuando los años le van cayendo a uno encima ese fulgor viajero también se apacigua, el "sedentarismo" también es un estado de ánimo estimulante si se le sabe sacar provechoso. Y viajar a través de los libros tiene muchísimo encanto, hacerlo con Zweig, Bruce Chatwin, P. Leigh Fermor, Thor Heyerdahl, Amundsen, el gran Verne,,, uff!
En cualquier caso ha sido un gran viaje, lo he vivido intensamente, y creo que eso es lo mejor que puede decirse de un viaje... "vivirlo".
Siempre que viajo a un sitio siento el impulso irrefrenable de ir en busca de su literatura, averiguar librerías y traerme algunos libros... para mí esos libros son como una postal de enorme atractivo, los leo y vuelvo a reencontrarme con los escenarios que me han acogido, sus gentes... es prolongar las sensaciones viajeras de una forma inusitada, y siempre sorprendente. Ya estoy algo familiarizado con América, es un continente que adoro y los vínculos sentimentales se han reforzado con el tiempo.
Muchas gracias amigo por lo de los nombres de mis hijas, a mí me gustan mucho, y lo hicimos guiados por su belleza... Y la historia que llevan detrás, qué preciosos nombres hay por tu tierra :) Tu pueblo debe de ser muy bonito, ya me imagino...
Abrazo grande !!
Bonito, bonito no es, rodeado de montañas eso sí, pero agarrados a sus faldas para no caernos al río. Y esqueletos de fábricas y fabricas de esqueletos, pero, eso sí, un hermoso campo de futbol hecho sobre los escombros de los bombardeos de la guerra civil, y, aún así, hacemos que, sin contar nada , juegue Messi y ... jajajja
Eliminarun abrazo
cuídate
Me ha encantado Paco tu viaje y esa fotos me han hecho tener un montón de envidia, de la que se dice que es sana pero acaba siendo envidia jajaja. Fantásticas fotografías y espectacular paisaje.
ResponderEliminarMe ha resultado tan tierno imaginar a tu hija sintiéndose campanilla, qué momento más dulce y más inolvidable. Y felicidades por esa bebita de mayo y la mayor.
Respecto a las lecturas, no recuerdo haber leído nada de ningún autor puertoriqueño. Hubiera sido interesante ver ese interior de la librería, hay librerías con muchísimo encanto y la que nos enseñas parece tenerlo.
Un saludo
Muchas Gracias Conxita :)
EliminarEn un sitio así las fotografías salen casi solas, jeje. Puerto Rico es un Caribe que no cuadraba mucho en mi cabeza, todo lo que suponía de arquetípico se me ha venido abajo, y ese factor sorpresa ha sido un estímulo continuo durante toda la estancia.
Sí, para mí lo más valioso del viaje ha sido ver la expresión fascinada de mi hija mayor (la bebé no se enteraba mucho :)). Si me tengo que quedar con algo rescato esas imágenes de mi hija, sin duda.
Tampoco había leído nada procedente de aquella tierra, y eso que tenía a una autora de allí, Rosario Ferré, por mi biblioteca desde hace años... ¿Qué cosas, no? En el enlace se puede ver algo del interior de la librería.
Un abrazo!
A mí también me pasa, oigo Caribe y pienso en playas de arena blanca y complejos hoteleros. Sin duda, todos los lugares son mucho más que la idea preconcebida que tenemos de ellos. Bellas fotografías (si que es verdad que en algunas Asturias y Puerto Rico parecen el mismo lugar), fascinantes esas 'luciérnagas marinas' y esperando con ansias tus opiniones de tus 'libros sanjuaneros'.
ResponderEliminarExtraordinarias vacaciones.
Un abrazo.
Hola Lorena.
EliminarEs cierto, Caribe nos remite a playas idílicas y "resorts" que son una especie de jaula de oro para el turista... Creo que ahí encaja más la palabra turista que viajero, y ojo que yo también he sido turista muchas veces.
La aventura con las luciérnagas marinas ha sido una experiencia viajera fascinante, como pocas... y mira que me he movido por países y lugares.
Por supuesto, los libros sanjuaneros se asomaran por aquí.
Gracias amiga, cuídate.
Bueno, bueno, cuantas sorpresas... has sido padre y no has dicho nadaaa...¡¡¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES!!!
ResponderEliminarMe ha encantad tu doble viaje, Asturias la conozco porque he ido en tres ocasiones si no recuerdo mal y el recuerdo es tan bueno que algún día volveré. No he viajado a América, así que me ha encantado el recorrido por Puerto Rico y de tus magníficas fotografías.
Librerías y lecturas siempre son buena compañía (adoro a Kertész, ¿te ha gustado?) y, por supuesto, tu familia. Un texto precioso, lleno de buenas sensaciones.
Un fuerte abrazo!!
Jeje Laura, bueno, soy una persona poco dada a las noticias de ese tipo, la paternidad, etc, consideré que lo haría en su momento, y parece que era este, esas manías que tenemos... :)
EliminarAsturias bien merece un regreso, en mi caso lo cumplo cada año, es innegociable para mí.
Puerto Rico me ha deparado muy gratas sensaciones, el paisaje, la historia, las gentes, sus letras... ahora quiero indagar más, y los libros me ofrecen una magnífica oportunidad, pues en ellos se encuentran muchas cosas que sería imposible hallarlas de otra manera.
Leer a Kertész es un viaje intelectual de los que dejan una huella profunda, necesitas tenerlo cerca y releerlo, porque es una lección de humanidad.
Gracias amiga, un fuerte abrazo!!
Pero mira que eres, hombre! Has vuelto a ser padre y te lo tuviste callado... Felicidades para ti y Araceli!!! Y a disfrutar a las pequeñas!
ResponderEliminarMenudo viaje se han echado, Paco. Que no es moco de pavo el periplo que han hecho. No he estado en ninguno de los parajes donde has tomado esas magníficas fotografías, pero espero poder hacerlo en algún momento en el futuro.
Comparto con Wineruda el placer de contactarme con la gente del lugar; uno aprende mucho de la geografía pero mucho más de la gente local. Y si bien no soy tanto de los libros de viajes, me gusta despuntar el vicio de leer -y viajar junto a él- uno de ellos cada tanto.
Gracias por compartirnos este lindísimo viaje y, nuevamente, felicidades para ti y tu esposa.
Un fuerte abrazo, amigo!!
Jaja Marcelo, ¿verdad? Como si ser padre fuese algo que le sucede a uno todos los días!!
ResponderEliminarEs cierto que lo dejé pasar, sin más, supuse que ya llegaría la ocasión en algún momento... suelo ser discreto en estas cuestiones, pero muchas gracias por tus palabras amigo :))
Realmente los lugareños de un país, hablar con sus gentes y mezclarte con ellos hace que el viaje adquiera un valor especial...Pero existen lugares, rincones tan deslumbrantes, de una presencia tan poderosa que jamás los he olvidado, pasen los años que pasen.
Gracias a ti, Marcelo, siempre tienes una palabra generosa para regalarme, cuídate pibe!!
Un ojo en el faro de Cabo Vidio. Otro en la frase de Aracelli "¡esto es Asturias dentro del Caribe!" El corazón en todas las demás fotos y el texto.
ResponderEliminarSiento ser tan breve. Hoy no doy para más, salvo agradecerte la belleza de este post.
Un abrazo
La brevedad de tus palabras no resta profundidad a lo que expresan.
ResponderEliminarNo tienes que disculparte Ana, contigo nunca sobra ni falta nada, la justa medida.
Ayy... el tiempo, eso que siempre se nos escapa.
Gracias a ti, un abrazo.
Lo primero felicidades por tu reciente paternidad, Paco. Debe ser una niña muy buena, el mío con cuatro meses se pasaba llorando todo el trayecto en coche, por corto que fuera. No me quiero imaginar en avión.
ResponderEliminarLas fotos son preciosas, si Puerto Rico se ha librado del turismo de masas eso que ha salido ganando, en muchos momentos dudaba si era Asturias, así que entiendo esa afirmación que hace tu mujer. No conozco ninguna de tus lecturas veraniegas, a ver si nos ilustras con alguna reseña para saber más.
En fin, espero que sigas disfrutando de tus pequeñas, de la lectura y de esa mirada fotográfica.
Un abrazo.
Muchas gracias Gerardo.
ResponderEliminarLa verdad es que la bebé es un sol,buena y sonríe mucho. Ahora el tiempo es un bien escaso para mí y hay que hacer equilibrismo con las horas, bien lo sabes amigo.
Puerto Rico me ha fascinado, es cierto, una "Asturias caribeña".
Me encantaba pasear por las callejuelas del Viejo San Juan con algún libro en mano.
Espero presentaros a estos autores que me llevé de allí. Aunque el tiempo no me sobra últimamente.
Cuídate :)